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Las letras no callan, a pesar de las balas


Cuando se va un amigo.

Se separa el llanto del alma.

Una herida se abre con el silencio

de un recuerdo imborrable.

El dolor te tumba…

Julio Stoute (Justo Aldú)

Panamá

Por José Manuel Rueda Smithers


Semanas difíciles para ejercer el periodismo en México. Apenas terminó el primer mes de 2022 y varios colegas fueron acallados por la violencia.


No hay que dejar pasar. Los esfuerzos por levantar la voz y frenar de alguna manera la impunidad que se vive en estos momentos, no deben parar y así obligar a que los tres niveles de gobierno ataquen de frente al crimen organizado que, por ahora, pareciera tener el control en un país sin protección, donde es más redituable disparar que escribir o ejercer cualquier profesión.


Reporteros sin fronteras (RSF), organización internacional de defensa de los periodistas, informó que, por tercer año consecutivo, México es el país del mundo con mayor número de periodistas asesinados.


En conferencia de prensa, el director del organismo para América Latina, Emmanuel Colombié, denunció que, en lo que va del año, siete periodistas fueron asesinados en el país y calificó de lamentable la falta de medidas por parte del gobierno para hacer frente al cuadro de violencia generalizada contra el periodismo en México. Cultura Impar agrega, además de medidas gubernamentales, el problema es la indiferencia hacia un gremio que le resulta incómodo al régimen actual.


Y esa inacción puede parecer complicidad. A pesar de las advertencias (dos de los fallecidos denunciaron varias veces las amenazas que recibían), la respuesta siempre es la misma: vamos a investigar a fondo. Es todo.


Colombié comentó que ningún caso de periodistas desaparecidos en México ha sido esclarecido. “Estamos en el 100 por ciento de impunidad. Como organizaciones de la sociedad civil, nuestro objetivo es combatir esa crisis de impunidad“, manifestó. Lo grave de todo son las cifras que involucran a varios gobiernos, también pasados, sin importar su filiación partidista.


Por su parte, la Oficina de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación estima que 97 por ciento de los crímenes contra periodistas queda impune. Esto no es atribuible principalmente a los jueces, pues obedece a las deficientes o nulas investigaciones de los asesinatos.


La organización no gubernamental Artículo 19, informó que desde el año 2000, en México han asesinado a 148 periodistas, y la señal es que no se garantiza el derecho a disentir ni el derecho a la información.


Apenas la semana pasada, las víctimas fueron Lourdes Maldonado López, (ella había dicho al presidente Andrés Manuel López Obrador que temía por su vida), asesinada dentro de su automóvil afuera de su casa en Baja California; el fotoperiodista Alfonso Margarito Martínez Esquivel recibió un disparo frente a su domicilio, el 17 de enero, también en Baja California. Y José Luis Gamboa, fundador y editor de dos sitios web de noticias, fue asesinado el 10 de enero, en Veracruz.


En un tuit, el embajador de los Estados Unidos en México, Ken Salazar, dió el pésame a las familias de los periodistas asesinados en las últimas semanas y reiteró el apoyo de su gobierno a los esfuerzos de México por la lucha contra la impunidad en sus casos.


No es sólo escribir ¡YA BASTA! Se trata de que trabajen en serio los responsables de la seguridad nacional y frenen la violencia contra quienes usamos las letras como única arma.


Pero las letras no callarán…


La columna de hoy por José Manuel Rueda Smithers

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