Un estudio recientemente publicado en la revista Nature Communications titulado "Feeding climate and biodiversity goals with novel plant-based meat and milk alternatives" ha arrojado resultados impresionantes en cuanto a los beneficios ambientales y de salud relacionados con la reducción del consumo de productos de origen animal en favor de alternativas vegetales. El estudio, que se encuentra disponible en lÃnea aquÃ, sugiere que hacer esta transición en la alimentación podrÃa tener un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático.
Según los hallazgos de este estudio, si las personas redujeran en un 50 % su ingesta de productos de origen animal, como carne de cerdo, pollo, res y leche, y en su lugar optaran por alimentos de origen vegetal, se lograrÃa una reducción del 31 % en las emisiones de gases de efecto invernadero del sector agrÃcola en comparación con los datos de 2020. Además de este impacto ambiental positivo, esta transición también tendrÃa beneficios para la salud de las personas.
Guillermo Murray Tortarolo, investigador del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y Sustentabilidad, señala que en México, donde existen 35 millones de vacas, la mayorÃa de ellas destinadas a la producción de carne, cualquier cambio hacia una alimentación basada en vegetales serÃa beneficioso para el medio ambiente. Incluso la sustitución de una parte del consumo de carne de res por carne de pollo puede tener un impacto significativo en la reducción de la huella de carbono.
Mariana Valdés Moreno, académica y jefa de la Carrera de NutriologÃa de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Zaragoza, enfatiza que la reducción del consumo de carne debe ser gradual y no radical. El estudio también resalta la importancia de trabajar en estrategias para facilitar la transición hacia una alimentación más basada en vegetales.
El cambio propuesto en la dieta no solo beneficia al medio ambiente al reducir la deforestación y las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también tiene impactos positivos en la salud de las personas. La reducción del consumo de carnes se asocia con una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, asà como con una menor probabilidad de padecer enfermedades crónicas no transmisibles.
Además de los beneficios ambientales y de salud, la adopción de una dieta basada en vegetales podrÃa impulsar las economÃas locales, ya que favorece la producción y consumo de alimentos vegetales y reduce la necesidad de transporte de productos de origen animal. También podrÃa promover sistemas alimentarios más justos y fomentar la identidad nacional a través del consumo de productos propios de cada región.
En resumen, el estudio demuestra que la transición hacia una alimentación más basada en vegetales no solo es viable desde el punto de vista nutricional, sino que también ofrece una oportunidad significativa para abordar el cambio climático y mejorar la salud de las personas. Se destaca la importancia de tomar medidas graduales y trabajar en estrategias multisectoriales para lograr esta transición hacia una dieta más sostenible y saludable.