Horas extras
Por Daniel Lee
Que el mundo del trabajo ha variado en los últimos años. Eso es una realidad, y más todavía en estos tiempos, aún de pandemia. Nuevas modalidades de empleo (a distancia, o home office; freelance, en colaboración con otros empleados), terminologías tan novedosas como extrañas que se insertan en nuestros diálogos cotidianos (networking, branding, síndrome de burnout) y todo tipo de nuevos puestos (CEO, Community Manager, Project Manager) … Y una larga lista de etcéteras.
Que los jóvenes mismos han cambiado su forma de ver sus prioridades, tampoco es una novedad. Hoy mismo muchos voltean más a ver qué carrera les puede ser más atractiva, pero a diferencia de otros tiempos cuál de ellas les puede representar un futuro más sólido y sobre todo, con mejores oportunidades laborales, de crecimiento, pero ahora con mayores márgenes de flexibilidad, en los que se privilegia más el equilibrio del tiempo y la productividad.
Quienes conforman la denominada fuerza laboral del país se caracterizan por la inevitable impaciencia generada por las nuevas tecnologías, con constantes revisiones de lo que ocurre en el móvil y una clara preferencia por las metodologías de trabajo relajadas que permiten un mayor tiempo de ocio.
La generación que desde hace algunos años intenta hacerse un lugar en el mercado laboral, y que actualmente se prepara para cambiarlo de manera radical es la denominada Generación del Milenio.
Su forma de comunicar es distinta a la que tradicionalmente conocemos; la manera de atraer su atención es igualmente diferente, como lo son también sus aspiraciones profesionales.
Ahí radica uno de los mayores retos para hacer de cada actividad, no un lastre, sino una forma de vida que les llevará a mejores estadios de bienestar.
Sin embargo, desde ya, es una prioridad cambiar en las universidades planes de estudio más apegados a su nueva realidad. Crear nuevas carreras es hoy más apremiante.
En un rango de edad de entre los 18 y los 34 años, estos jóvenes pertenecen a ese segmento de la población: los Millennials.
Como se ha dicho, la visión profesional y del trabajo para los millennials es algo diferente de la que habitualmente conocemos, pues tiene rasgos muy específicos y también más demandantes.
Estos jóvenes se caracterizan por anteponer la comodidad personal a las clásicas responsabilidades de las que se jactaban nuestros padres y abuelos.
Es con esta generación del Milenio que el mundo del trabajo promete cambiar completamente, por eso, la escuela de negocios The Valley Digital Business School elaboró un informe en el que plantea, cómo será el trabajo en los próximos años. En un futuro, el mercado laboral se adaptará a las exigencias de los millennials adquiriendo, entre otras, las siguientes características:
La competencia por encontrar a los profesionales más talentosos en su rubro se incrementará cada vez más, al tiempo que mejoraran las técnicas para retener los perfiles más destacados en las compañías o empresas.
Las fronteras desaparecerán completamente gracias al internet, pues los millennials se propondrán trabajar en al menos tres países durante su carrera sin importar los traslados o la distancia.
El aumento en la movilidad favorecerá el compromiso de los empleados con las compañías, pues intentarán asegurarse un lugar antes de que se presente un profesional más capacitado para cubrir la vacante.
La creatividad será llevada a su máxima expresión para acceder a mejores oportunidades de empleo.
La salud física y emocional de los trabajadores será tema de charla cotidiana, debido a las consecuencias de las largas jornadas de trabajo frente al ordenador y a un inevitable incremento del estrés laboral.
De primera intención, tengamos presente que todo evoluciona y que cada cambio debe ser visto como una oportunidad para traducir el conocimiento en hechos, y estos, en mejoras.
Cuando hay una referencia hacia esta generación, diríamos: “es que los chavos vienen con otro chip”. Y es cierto, pero para dimensionar qué significa esto, qué tan relevante puede ser, necesariamente nos lleva a la necesidad de conocer más de esta nueva camada de jóvenes.
Será necesario abrir más el conocimiento. Conocer más acerca de estos jóvenes; tener claro qué es lo que realmente quieren, qué necesitan, qué papel jugamos como sociedad, pero sobre todo que toca a cada quien hacer.
Esto debe comenzar desde la escuela, desde la carrera que elijan, y la motivación por hacer del estudio la herramienta y la base fundamental para crecer y emprender.
Uno de los grandes desafíos será que los jóvenes estén bien informados, conozcan acerca de más carreras, no subestimar ninguna aunque sea técnica. Vale decirlo, en México hay una importante demanda de técnicos especializados, pero pocos lo saben.
Hay carreras que apenas si se conoce de ellas, algunas impronunciables, pero con buena paga. Y el colmo es que las empresas no encuentran el talento que necesitan reclutar. Es un hecho de Manpower, OCC Mundial y otras reclutadoras de capital humano todavía no empatan talentos con necesidades que se tienen en el mercado laboral.
El conocimiento con el que se formen, les habrá de dar para mucho más. Quizá para emprender un negocio de franquicias, crear una marca y hacerla exitosa, inventar, crear.
Quien no recuerda el caso de un chico mexicano que inventó un sostén capaz de detectar cáncer de mama. En fin… entender más que suponer. Y en este ejercicio primero será acabar con algunos mitos.
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