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Vestigios del Templo de Ehécatl y juego de pelota serán exhibidos en museo subterráneo

También se mostrarán tres cuchillos de pedernal hallados a los pies de Huei Tzompantli, añade el arqueólogo Raúl Barrera en ciclo de El Colegio Nacional.

Una ofrenda de tres cuchillos de pedernal hallada a los pies del Huei Tzompantli, estructura donde los mexicas exhibían cráneos humanos; y la preparación de los vestigios del Templo Ehécatl y del juego de pelota para ser expuestos en un museo subterráneo sobre la calle de Guatemala del Centro Histórico de la Ciudad de México, fueron algunos temas que expuso Raúl Barrera, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH)


Con motivo del ciclo En busca de Tenochtitlan y Tlatelolco, el arqueólogo impartió la conferencia El Huei Tzompantli, el Templo de Ehécatl, el Juego de Pelota y el Calmécac ayer en El Colegio Nacional.


“En el Huei Tzompantli eran exhibidos los cráneos de los individuos sacrificados a los dioses. El Gran Tzompantli estaba dedicado a Huitzilopochtli y hallamos una parte de este edificio sobre la calle de Guatemala número 24”, comentó Raúl Barrera.


Entre los hallazgos registrados en ese predio destaca una torre hecha de cráneos humanos unidos con cal y arcilla, así como los huecos de una empalizada de decenas de postes que eran barrenados y en donde los mexicas colocaban varas con los cráneos a los cuales se les hacían orificios en los parietales para ser exhibidos.

Torre de cráneos del tzompantli.


“Andrés de Tapia, un soldado que llegó con Cortés, es el que describió el Tzompantli, dice que era una especie de anfiteatro, que tenía unas gradas con muchas cabezas de muertos incrustadas, eso no lo hemos visto a nivel arqueológico pero habla de dos torres de cráneos humanos, una en el extremo sur y otra en el norte, y la que trabajamos es la del extremo norte”, indicó Barrera.


Sobre los cráneos registrados en el Huei Tzompantli prevalecen los del sexo masculino, no obstante hay un porcentaje elevado de mujeres y un 3 por ciento de cráneos de niños. Dichos restos óseos se encuentran en proceso de análisis.


“Hemos levantado una muestra de 194 cráneos y como fueron seres humanos que merecen nuestra atención y respeto, queremos saber quiénes eran, de dónde era su origen y procedencia, queremos suponer que la mayoría eran guerreros sacrificados, no lo podemos afirmar en el contexto arqueológico pero es muy probable”, dijo el arqueólogo.


Un dato que explicó el especialista del INAH fue el hallazgo de un piso de lajas al pie del Huei Tzompantli que corresponde a un patio mexica que evidencia el momento de contacto con los españoles.


“Es esos escasos 20 centímetros de relleno es producto de la destrucción de los primeros años, este contexto ya es virreinal temprano que tiene materiales de la destrucción como cráneos, restos de estucos y de inmediato tenemos una superficie muy frágil. Lo interesante es que tenemos una ofrenda de tres cuchillos de pedernal que fueron colocados por indígenas en un contexto virreinal, quiere decir que ellos sabían de la importancia de lo que representaba el Tzompantli, un lugar sagrado”, señaló.


Al igual que lo ha dicho el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, añadió Barrera, el Tzompantli es un lugar de vida y no de muerte. “Es un templo donde se está regenerando vida, se están generando guerreros. Entonces seguramente fueron manos indígenas que colocaron esta ofrenda de cuchillos”.

Recreación de cómo sería el tzompantli que yace frente al Templo Mayor.


Raúl Barrera también habló de los vestigios del Templo de Ehécatl y parte del juego de pelota hallados en el predio de Guatemala 16 en el año de 2010.


“Hay interés por parte del INAH que se puedan exhibir, nosotros también compartimos esta idea de que se puedan mostrar y que la gente los pueda visitar, desde luego que lleva tiempo. Entonces va a quedar aquí un museo subterráneo en el que la gente podrá visitar y conocer su pasado, poder acercase y ver lo que era la magnitud de Tenochtitlan y su espacio sagrado”, indicó.


Programa de Arqueología Urbana


El Programa de Arqueología Urbana (PAU) fue creado en 1991 por Eduardo Matos Moctezuma y hoy es dirigido por Raúl Barrera. El PAU se dedica a estudiar un área específica del Centro Histórico de la Ciudad de México: el espacio que comprendió el recinto sagrado de la ciudad Tenochtitlan.


Barrera dijo que el centro ceremonial probablemente abarcó 400 metros por lado. “Era un cuadrángulo delimitado por una plataforma de 20 o 25 metros de ancho”.


Los accesos eran cuatro: al norte que comunicaba con el Tepeyac, el lado este que comunicaba con la zona de los embarcaderos, el lado sur se comunicaba con calzada de Iztapalapa (hoy José María Pino Suárez-Tlalpan-Ermita), y el lado poniente con Tlacopan (hoy Tacuba).

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