Redacción Frida
En una impresionante coreografía astronómica, Venus y Saturno se presentan esta semana como los protagonistas del cielo. Venus, nuestro planeta hermano, regresa a brillar en los amaneceres, mientras que Saturno, el gigante de los anillos, deslumbra en conjunción con la luna llena.
Después de despedirse en los atardeceres de finales de julio, Venus resurge con un brillo imponente en los albores del este. Es interesante destacar que pasó por su posición de conjunción inferior el 13 de agosto, situándose entre la Tierra y el Sol, apenas a 43 millones de kilómetros de nosotros. Aunque los tránsitos directos de Venus frente al Sol son raros y excepcionales, su actual reaparición en el amanecer nos permite disfrutarlo brillando poco antes del amanecer. El mejor momento para apreciar este espectáculo será alrededor de las 6:30 de la mañana (hora peninsular y de Baleares).
Por otro lado, Saturno estará en oposición el 27 de agosto. Esto significa que el planeta de los anillos se encontrará en una dirección opuesta a la del Sol. Esta posición le permite levantarse exactamente cuando el Sol se pone, ofreciendo una excelente oportunidad para ser observado durante toda la noche. De hecho, en la noche del 30 al 31 de agosto, se espera una conjunción entre Saturno y la luna llena. Ambos astros se levantarán juntos, ascendiendo sobre el horizonte a medida que avance la noche.
A pesar del espectacular brillo de la luna, el Triángulo del Verano, compuesto por Vega, Altair y Deneb, sigue siendo visible. Además, a medida que avancen los días y la luna mengüe, aquellos que se alejen de las zonas con contaminación lumínica tendrán el privilegio de observar la majestuosa Vía Láctea. Esta maravilla celeste, que ha sido testigo a lo largo de los siglos, nos invita a reflexionar y conectarnos con nuestras raíces y antepasados.
Con estos eventos astronómicos, los cielos de agosto prometen no solo belleza sino también reflexión. Es una oportunidad única para mirar hacia arriba y perderse en el vasto universo que nos rodea.
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