México ocupa el doceavo lugar en ataques cibernéticos y el segundo a nivel Latinoamérica.
Especialistas demandaron al Poder Legislativo mejorar el marco regulatorio con el fin de inhibir los ataques cibernéticos y el robo de identidad.
El ransomware es una forma de programa maligno cada vez más frecuente que bloquea archivos o dispositivos para extorsionar al usuario, y pedir un pago online anónimo para restaurar el acceso. Las pequeñas y Medianas Empresas, las PyMes son las más vulnerables a este tipo de ataques.
Así también, la suplantación de identidad (phishing) a decir de expertos, es la práctica de enviar comunicaciones fraudulentas que parecen provenir de fuentes confiables, habitualmente a través del correo electrónico. El objetivo es robar datos sensibles, como información de inicio de sesión y tarjetas de crédito, o instalar malware en la máquina de la víctima. La suplantación de identidad (phishing) es una ciber amenaza cada vez más común.
Mauricio Benavides, especialista en ciberseguridad, afirma que en el tema de ransomware “hemos visto un incremento arriba del 400 por ciento en 2021 de las PyMes y de las empresas medianas en México que están siendo atacadas con cada vez más frecuencia por el tipo de operaciones que realizan”.
A partir del inicio de la pandemia las detecciones de ataques de ingeniería social se duplicaron en la región. Por lo anterior, especialistas hicieron un llamado para crear un marco regulatorio sólido en la materia, pues aún no se cuenta con una regulación efectiva.
A este respecto Carlos Véjar, abogado de comercio internacional afirmó que las iniciativas tratan de establecer ciertos tipos de conducta que sean punibles y nada más.
Sin embargo, no abarcan una problemática tan grande como lo es la ciberseguridad, lo que hace urgente el establecer más tipos penales o tipos punibles de conducta pues no alcanza para combatir esta actividad.
Obviamente, dijo, es necesario que alguien que comete estos delitos, estos crímenes, estas acciones sean sancionado, “pero el problema es atrapar a muchas de estas personas”.
En la actualidad no existe un programa formal de educación orientado a disminuir el impacto de las actividades criminales en la web que ayude a consolidar una cultura de prevención frente a los riesgos digitales.