Redactora: Lourdes Torres Camargo
“La crisis en el sistema judicial, la falta de denuncias y la tolerancia a las violencias son algunos de los factores que han generado que el delito de trata de personas crezca en el siglo XXI, el cual se pensó sería el de los derechos humanos” afirma el titular de la Cátedra Extraordinaria “Trata de Personas”, de la UNAM, Mario Luis Fuentes Alcalá.
El especialista explica que no hay estadísticas consistentes sobre este tipo de violencia extrema y transgresión global, pues tampoco hay denuncias ni identificación de víctimas.
Con motivo del Día Mundial contra la Trata de Personas, a conmemorar próximo el 30 de julio, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) también alerta que en el mundo, especialmente en los países en desarrollo, las medidas contra este fenómeno parecen deteriorarse pues las tasas de detección cayeron 11 por ciento en 2020 y las condenas 27 por ciento, lo que ilustra una ralentización global de la respuesta de la justicia penal.
Además, con la pandemia por la COVID-19 se volvió una actividad más clandestina, aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas, lo que hace menos probable que las autoridades conozcan de estos casos graves de violaciones a las garantías fundamentales.
No hay estadística porque se carece de denuncias y tampoco hay identificación de víctimas. “Los datos que tenemos de personas sentenciadas por trata son menores, porque el sistema judicial castiga por el delito demostrable no el realizado. Hay muchas sentencias que, probablemente, hayan sido trata, pero son por otros delitos”, asegura Fuentes Alcalá.
La ONU reporta que 41 por ciento de las víctimas que consiguen escapar de esta experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha se quedan cortas.
El también presidente del Patronato Universitario de la UNAM detalla que al iniciar el siglo XXI surgió con fuerza la conciencia internacional sobre este flagelo, que es una violación integral a las garantías inalienables y cuyo antecedente sería la esclavitud.
Frente a esta transgresión que impulsa el crimen organizado, aunado al tráfico de armas y de drogas, y que es una suma de múltiples violencias, surgió un movimiento mundial para implementar una estrategia global para su combate.
De esta manera se efectuó la Convención de Palermo donde se acordó que se requerían acciones globales para enfrentar el “enganche” de los seres humanos, su traslado, explotación y sumisión. En ese sentido, los países establecieron leyes y México no fue la excepción, generó normas e instituciones para perseguir el ilícito.
Sin embargo, la falta de confianza en el sistema judicial, a las policías y a la autoridad, se ha constituido en uno de los problemas estructurales para hacerle frente. “Desconfían de la patrulla, de la autoridad, porque toma mucho tiempo denunciar, porque no pasa nada, porque también puedes acabar vinculado; esa es una hipótesis de por qué no hemos podido hacer mucho frente a este flagelo”, enfatiza.
Este año el Día Mundial contra la Trata de Personas, tiene como tema: “Llegar a todas las víctimas de la trata, sin dejar a nadie atrás”.
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