Redacción Frida S.
En los Andes bolivianos, la práctica ancestral de utilizar al lagarto jararanko con fines medicinales se enfrenta a una amenaza crítica: la extinción. Generaciones de curanderos tradicionales andinos han dependido de este reptil para aliviar el dolor, pero los científicos advierten que su sobreexplotación podría llevarlo a la extinción.
El jararanko, un reptil de quince centímetros de largo, es una especie esencial en la medicina tradicional de la región. Se utiliza como ingrediente clave en un método curativo que involucra la aplicación de un "parche de lagarto" en combinación con hierbas e incienso sobre las heridas de los pacientes. Sin embargo, su caza indiscriminada amenaza su supervivencia.
Victoria Flores, una pastora aymara, se encuentra entre aquellos que legalmente cazan y utilizan estos lagartos para la medicina tradicional. Según relata, a veces el jararanko puede ser peligroso, ya que persigue y muerde a quienes intentan atraparlo.
El proceso implica moler la carne del lagarto y mezclarla con hierbas silvestres, creando una pasta verde que se aplica sobre las heridas como remedio. Flores explica que recurren a esta práctica debido a la falta de acceso a farmacias y medicinas convencionales en la zona.
Sin embargo, la Liolaemus forsteri, conocida como iguana arborícola de Forster, enfrenta un peligro inminente de extinción, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y el Libro Rojo de la Fauna Vertebrada de Bolivia. La explotación de esta especie con fines medicinales, entre otros factores, contribuye a su dramático declive.
El debate sobre cómo equilibrar las necesidades de la medicina tradicional y la conservación de la biodiversidad se vuelve cada vez más apremiante en la región andina. La supervivencia del jararanko y su importancia en la medicina tradicional están en un delicado equilibrio, mientras se busca preservar la riqueza natural de los Andes bolivianos.
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