NOTA
Redacción Mauricio Magaña ANCOP
Hoy en día, es muy común conseguir un trabajo que no nos guste, sentirse atrapado y soñar con huir de todo e ir tras lo que realmente quieres, pero eso es normal, hasta cierto punto, significa que no puede tener consecuencias.
La realidad es que, aunque no queramos en muchas ocasiones, hay que trabajar para sobrevivir, desafortunadamente nadie te regala el dinero y no puedes estar todo el día en casa sin hacer nada productivo.
El trabajo puede hacerte sentir útil y productivo, pero caer en un trabajo pésimo que no te gusta, puede ocasionar estragos en nuestro cerebro.
La ciencia dictamina que el cerebro es como un músculo, hay que trabajarlo entrenarlo y cuidarlo de una forma correcta y asegurarse que todo lo que hagamos durante el día lo ayudará a mantenerse sano y en forma donde tener un trabajo que disfrutemos puede ayudar a mantenerlo de esa forma.
Esto no significa que tenga que ser un trabajo en el que nunca exista presión o frustración, se trata de no sentir daño. Así como hay hábitos y alimentos que potencian tu cerebro, también hay cosas que lo dañan, y cuando no amas tu trabajo, las consecuencias pueden destruirlo.
En todo trabajo es válido que se tengan que hacer las cosas bien, no obstante, la salud mental es más importante que solo cumplir con una buena labor, si un trabajo te perjudica ya en cuestiones de salud, es evidente que tenemos que ponernos por encima de cualquier cosa.
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