Por Deborah Buiza
Imagínate de vacaciones 15 días seguidos, en plan todo incluido, en un lugar lejano de la cotidianeidad, la rutina, las obligaciones, los deberes y las personas tóxicas … tú, acostado en un camastro con un pie en la blanca y suave arena, tomando el sol, escuchando las olas de ese mar que en calma refleja a las aves que cruzan el cielo, mientras disfrutas de un libro con una historia increíble y te refrescas con tu bebida favorita …
Lamentablemente las condiciones actuales nos alejan de un sueño como este, las largas vacaciones y el tiempo de ocio han dejado de ser una pausa necesaria para mantener la salud y el equilibrio y se han convertido en un lujo difícil de acceder.
Pero ¿qué hacer? En realidad, es indispensable cambiar el switch, hacer una pausa en el camino, tomar aire diferente y encontrarnos en el ocio, en actividades que nos gusten, en lugares que nos estimulen, en un cambio de rutina que nos permita regresar a nuestras actividades habituales con energía, buena actitud y disposición a seguir adelante con los proyectos personales y laborales.
Recuerdo que mi madre siempre decía que “las vacaciones no son para no hacer nada, sino para cambiar de actividad” y tengo muy presente a un amigo mío que siempre dice que “cualquier día es un buen día para estar de vacaciones”, así que te propongo que aunque tengas un par de días de vacaciones (o más si eres muy afortunado), aproveches al máximo ese tiempo, no esperes a tener todas las condiciones favorables para las vacaciones soñadas y disfruta cada momento, ¿cómo? Aquí algunas ideas:
· Asume el control de tus vacaciones, es muy fácil que los días pasen rápidamente y se tornen vacios sino te organizas; pregúntate que necesitas para descansar y encontrar tu equilibrio: ¿necesitas ordenar tu casa, asuntos pendientes o trámites?, ¿necesitas alejarte un poco?, ¿necesitas dormir, comer bien? ¿necesitas acercarte a tus amigos y familia?, ¿necesitas tiempo para tus proyectos personales? Preguntarte qué necesitas te puede dar una línea para planear las actividades para esos días.
· En el corre y corre de todos los días dejamos poco tiempo para disfrutar de las cosas sencillas: dormir ocho horas en una cama con sábanas suaves y la pijama favorita, despertar sin necesidad de la alarma, disfrutar un baño largo con un jabón de aroma delicioso, comer en una hora y hacer sobremesa, hablar por teléfono más de cinco minutos con esa amiga que hace mucho tiempo no ves, caminar lentamente, entrenar sin prisa sólo por el placer de hacer ejercicio, ver tu serie favorita concentrándote en ella y sólo en ella, dejando de lado estar revisando al mismo tiempo las redes sociales, etc.
· Descansa del ordenador, los dispositivos electrónicos, las redes sociales, el teléfono y todo aquello que te roba tiempo para descansar y relajarte, ponlos en vibrador, en silencio, en pausa y dales también vacaciones.
· Vístete de vacaciones, deja en el closet la ropa que usualmente utilizas para ir a trabajar o a tus compromisos, vístete de ropa de fin de semana entre semana, usa colores claros, ropa holgada, ropa que te haga sentir bien, a gusto contigo mismo, ponte algo que hace mucho no te pones.
· ¿Hay algún lugar en donde te sientas relajado o en el que te sientas tranquilo? Hay lugares que nos remiten a recuerdos felices de la infancia o a algún momento especial, o la energía de ese espacio nos tranquiliza, ve a pasear a un lugar con aire provinciano, extranjero o ajeno. Dentro de las calles y ciudades que recorremos diariamente hay lugares increíbles que con una actitud vacacionista y una pizca de imaginación te pueden transportar a otros lugares, sólo es cuestión de activar el modo “turista en tu propia tierra”.
· Siéntate en el pasto, quítate los zapatos, disfruta del viento y el día de sol. Disfruta de una lectura dejada de lado por la rutina y las carreras diarias sentado en una banca de parque, debajo de un árbol o sentado en un café.
· Haz una lista de los asuntos pendientes, trámites, visitas, arreglos, citas, etc. y de una vez por todas quítate ese peso de encima y deja de postergar, te aseguro que te sentirás más ligero y aliviado después.
· Haz una lista lugares que te gustaría visitar, experiencias que te gustaría vivir, cosas que te gustaría hacer, pequeñas aventuras a bajo costo y anímate a llevarlas a cabo.
· Toma tu bebida favorita en un lugar al aire libre, yo siempre que me quiero sentir de vacaciones me tomo un clamato natural en algún restaurant con aire exótico o marítimo y busco la terraza o la mesita al aire libre, mi imaginación hace el resto.
Y tú, ¿podrías darte al menos un día “como de vacaciones”? Disfrutar de los espacios de ocio y descanso depende de ti.
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