Columna Daniel Lee
Y para colmo… En el ocaso de su mandato, el presidente Andrés Manuel López Obrador busca dejar un legado poco viable con una propuesta de reforma de pensiones que promete un retiro con el 100 por ciento del salario. Sin embargo, la iniciativa solo plantea desafíos considerables y genera escepticismo en diversos sectores. ¿Se trata acaso de solo una retórica más?
En el contexto actual, donde la administración enfrenta cuestionamientos sobre su desempeño en áreas clave como el crecimiento económico, empleo y seguridad, la propuesta de incrementar las pensiones se presenta como un movimiento estratégico más que como una solución efectiva. La habilidad retórica del presidente, evidente a lo largo de su mandato, se pone de manifiesto en una estrategia política que busca capitalizar un debate intenso y polémico en un año electoralmente crucial.
La propuesta, que busca regresar a un sistema similar al previo a 1997, plantea dudas sobre su viabilidad económica. Expertos señalan que, aunque el aumento en las pensiones sería bien recibido por los trabajadores, la falta de un análisis gubernamental sólido sobre su factibilidad financiera genera solo incertidumbre. La realidad económica actual, marcada por retos como el envejecimiento de la población y la alta tasa de informalidad laboral, plantea interrogantes sobre la sostenibilidad a largo plazo de la reforma.
La directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), Valeria Moy, expresó su escepticismo ante la falta de claridad en la propuesta. Sus preocupaciones sobre las implicaciones económicas y fiscales, especialmente en relación con las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afores), resaltan la necesidad de una planificación fiscal meticulosa. Moy aboga por una mayor transparencia y una reforma más profunda y sostenible, reconociendo mejoras en la reforma de 2020 pero señalando la necesidad de medidas más contundentes.
La reforma de pensiones propuesta por el ejecutivo federal se convierte así en un tema candente en el panorama político y social de México, mientras desafía a la oposición, también desafía la capacidad crítica de la sociedad para discernir entre la retórica política y las soluciones prácticas.
La falta de claridad sobre la sostenibilidad fiscal y el posible impacto en la economía plantea preguntas cruciales sobre la responsabilidad en la toma de decisiones, especialmente en un año electoral donde las acciones podrían ser percibidas más como herramientas políticas que como soluciones efectivas a los desafíos del sistema de pensiones.
En última instancia, la decisión sobre la reforma de pensiones y sus consecuencias será determinante para el futuro económico y social de México. La sociedad espera respuestas claras y medidas que no solo prometan mejorar las condiciones de los jubilados, sino que también garanticen la estabilidad económica del país a largo plazo. La retórica política puede ser poderosa, pero la realidad económica exige una planificación cuidadosa y transparente, aspectos, ambos no precisamente caracterizan al actual régimen.
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