POR ABRAHAM EDUARDO SIERRA PRIEGO
Este río conocido por los cruces que a través de él hacen los migrantes para escapar de Venezuela, no solo es epicentro de delitos, sino que sufre los efectos de actividades humanas que jamás tuvieron freno. En varios sectores, la fauna acuática desapareció por completo.
El bosque que circunda al río Táchira se ha reducido porque las tierras se utilizan para cultivos lícitos e ilícitos, sus aguas reciben los desechos de los fertilizantes de la agricultura, su curso se desvía para el riego de productos agrícolas, su arena se remueve para fabricar ladrillos y, en los tramos más poblados, se convierte en un depósito de aguas servidas y basura.
Este bosque es una de las reservas naturales que más se tratan de cuidar porque en un futuro se van a terminar.
Comments