Hay tres momentos en los que una persona en México se convierte en el mejor ser humano: 1) cuando muere, 2) cuando es candidata o candidato y, 3) cuando es presidente de la República, en algunas ocasiones Titular del Poder Ejecutivo en Gobierno Estatal.
La diferencia es clara, en el primer caso, regularmente sus familiares y amistades hablarán maravillas de su vida, siempre una persona ausente se convierte en un ser excepcional, ejemplar, mejor padre o madre, mejor hijo o hija, mejor esposa o esposa, según sea el caso, la mayoría de las personas hablarán los mejores conceptos y anécdotas de la persona, por supuesto esto sucede regularmente, aunque hay excepciones.
En el segundo caso, refiere un estado de perfección que dura los días de una campaña política, en los cuales el propio candidato o candidata se convierte en una super fuerza de perfección de su pasado, de su presente y por supuesto para conservar esos superpoderes en el futuro, requiere del voto ciudadano para transmitirlos en favor de sus votantes.
El tercer caso, se identifica con quienes han detentado el cargo de presidente de la República y uno que otro Titular de Gobiernos Estatales.
Por supuesto que las personas cercanas a los gobernantes -ausentes de la realidad que viven-, reciben halagos desmedidos a todas las capacidades financieras, políticas, sociales, personales, paranormales y alucinantes que viven para según su dicho, servir a las demás personas y llegan comparaciones que los elevan más allá del cielo y les recuerdan que toda su gestión es un acierto a diferencia de las personas que los antecedieron y que no ha nacido la persona capaz de tener un nivel intelectual cercano a sus capacidades, ya no digamos sucederles en el cargo.
Como los muertos no hablan (ni votan) entonces ahora que está de moda hablar de elecciones, me referiré a las candidatas y candidatos que suelen convertirse en “rockstars”.
No hay mejor forma para saber identificar una falacia, que escuchar por un momento a una candidata o candidato:
Sus ideas son las mejores que a cualquier persona se le hubiera ocurrido o se le vaya a ocurrir en la historia de México;
Sus ideas surgen de diagnósticos profesionales, bien calculados, discutidos y estructurados por especialistas de cada una de las áreas que identifican en muchos casos problemáticas que padece la sociedad, soluciones eficaces para cada problema;
Sus ideales están por encima de cualquier persona de la historia mundial, son prácticamente personas iluminadas;
La mejor experiencia de vida es militar en el partido político que los postula;
La honestidad es su camino de vida, su razón de ser, el motor que impulsa su corazón a latir; y
Se convierten en personas comprensivas que saben escuchar como nadie en el mundo, su inteligencia emocional es excepcional, el poder no los corrompe.
A partir de la realidad que deja ver el desgaste en el ejercicio del poder, llego a las siguientes conclusiones y tomo como ejemplo el caso mexicano:
Sus ideas pertenecen en muchos temas, al siglo pasado, por mucho lejanas de ser las mejores, que digo en México, en el mundo;
Sus ideas fueron ocurrencias, no surgieron de diagnósticos profesionales; como consecuencia esas ideas no estuvieron bien calculadas, discutidas, mucho menos estructuradas. Las soluciones que se dan a diversos problemas que tiene la sociedad, son muy distantes de la realidad que se vive en las calles;
Con el análisis de los ideales de los mejores pensadores de la historia mundial se acredita que fueron comentarios que algunos seguidores aplaudieron y generaron una gran confusión (no se recomienda escuchar a los aduladores).
La peor experiencia de vida fue militar en el partido que los postuló, muchos ya que se beneficiaron del poder, entonces renuncian a su amado partido para buscar inmunidad en otro partido o su cinismo los lleva a otros cargos o representaciones;
La deshonestidad fue su camino y se convirtió en un conjunto de justificaciones de la corrupción de su gestión, ese mensaje de honestidad se convirtió en la mayor mentira que repitió tantas veces que hasta se la creyó; y
No sabe, no quiere y no le interesa escuchar a los demás, como consecuencia, es poco comprensivo con las necesidades y el dolor de las demás personas, se muestran con poca o nula inteligencia emocional y resulta evidente que el poder los corrompió.
Cualquier persona que se atreva a criticar al amado líder, para evidenciar su falta de congruencia, en automático se le descalifica por todas aquellas personas que obtienen un beneficio del “patrón”. Así funciona la política en México, el nivel es pequeño y las expectativas muy grandes, en consecuencia, se generan muchos pasivos del poder, así ha sido durante muchos años, quizá décadas, quienes gobiernan pierden el control de aquella narrativa perfecta en los primeros años del ejercicio del poder y que aprendieron cuando sus partidos les postularon a una candidatura. Ya hacia el final de su mandato y cuando dejan el poder, a diferencia del resto de los mortales, ni la muerte los ayuda para que las personas afirmen ¡fue un buen gobernante! ahí lo que las personas recuerdan, es su falta de congruencia y, hacen un recuento de todo lo que le quedó a deber a la Nación. Antonio Horacio Gamboa Chabbán Maestro en Derecho Político y Administración Pública
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