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¿Qué hay después de la escuela?


Si, después del momento que decides ponerle fin a tus días de alumno en un sistema de educación formal, te has preguntado ¿qué más hay para ti?


Después del año atípico que hemos pasado y considerando lo “imprevisible” que se presenta este 2021 es que en estas líneas preferí no hablar de propósitos de inicio de año, sino en algo que podríamos nombrar como “Plan de crecimiento”, es decir, hacer nuestra propia currícula con las cosas que nos gustaría aprender este año, sin importar la razón y que en nuestro interior sabemos nos pueden contribuir como personas.


¿Por dónde empezar? Si no estuvieras tan “encajonado” en tu formación profesional o en tu quehacer laboral ¿a qué áreas les darías una oportunidad?


Tal vez podrías intentar aquello que quedó de lado o que descartaste porque en su momento no se podía “hacer todo” o porque había otras prioridades que atender. O que tal, aprender a tocar un instrumento musical o explorar un área del conocimiento diametralmente opuesto a tu formación profesional pero que siempre te ha llamado la atención. Si profesas alguna religión o sigues algunos principios espirituales o filosóficos, ¿qué tal si le dedicaras unos minutos al día a profundizar en el conocimiento de ello?


Y el asunto no es para volverse una eminencia o experto en el asunto (o bueno, uno nunca sabe) sino darnos la oportunidad de seguir cultivándonos, de seguir avanzando, de seguir aprendiendo. ¿Qué tal afinar algo que ya sabes hacer o encontrar otras formas para hacerlo?


¿Qué temas te interesan que podrías profundizar en ellos?


Si buscas en tus sueños infantiles quizá encuentres muchos temas que ahora podrías aprender desde tu yo adulto y por supuesto, con la facilidad de la tecnología y la vasta información que se puede encontrar en la red. Aprende algo para ti, por el simple placer de encontrarte en un mundo nuevo, aprende cocina, jardinería, tejido, pintura, finanzas personales, cómo cambiar una llanta o una bombilla, estilismo, fotografía, historia, albañilería, etc., etc., etc.


¿Qué podrías aprender que te puede fortalecer?


Y la propuesta no es aprender más para “ser más” en esta cultura de medallas, títulos y méritos, sino en contar con conocimientos que nos enriquezcan y herramientas que nos permitan enfrentarnos a la vida con otras perspectivas, y con ello hacerla más disfrutable y llevadera. Estar abiertos y en la búsqueda de nuevos conocimientos nos permite mantenernos activos, encontrar nuevas soluciones, plantear nuevas preguntas, encontrarnos diferentes y descubrirnos nuevos en otros campos.


Posibilidades hay muchas, requiere decidirse y hacerlo posible, trazar el camino, ponerse los tenis y echar a andar. Y tú en este nuevo año, ¿qué aprenderás?

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