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"Primero hay que saber sufrir": ¿por qué Argentina habla a través de su futbol?



Argentina respira un aire de euforia y optimismo. La conquista del Mundial de Qatar se tradujo en una efervescencia popular, como pocas veces se ha visto en los últimos años, en el marco de una crisis económica que azota a la población desde hace cinco años.


El camino del héroe de Messi es, también, el de un país que aprendió a sufrir cada victoria. La pregunta es: ¿qué lugar ocupa la superación en la idiosincrasia nacional?


"Los argentinos teníamos muchas ganas de ser felices: lo que estaba en juego era la necesidad de festejar algo", dice a Sputnik Pedro Saborido, conocido escritor y guionista.


El país sudamericano —uno de los más pasionales en cuanto al futbol respecta— acumulaba 36 años sin ganar la Copa del Mundo, desde la obtenida de la mano de Diego Maradona en 1986. Adicionalmente, el sueño máximo revestía un carácter de autosuperación tras las finales perdidas ante Alemania en 1990 y 2014.


La exaltada celebración a nivel nacional también se explica por la necesidad de una dosis de optimismo ante las dificultades económicas que atraviesa el país.


"Esto pega en un momento muy peculiar. Hoy es 19 de diciembre: hace 21 años Argentina estallaba en 1.000 pedazos. Hoy no estamos así, pero estamos muy mal", dice a Sputnik el sociólogo y ensayista Pablo Alabarces. "Tenemos un 42% de pobreza y casi 100% de inflación. En este contexto, ¿cómo no vamos a festejar y aprovechar una alegría popular tan potente?", se pregunta.


"Si no se sufre, no vale", había declarado el futbolista argentino Rodrigo De Paul, una de las figuras de la selección albiceleste, tras alzar el trofeo. Y es que el comienzo de la travesía mundialista del equipo sudamericano fue con el pie izquierdo, tras caer ante Arabia Saudita en el debut. Además, para llegar a la final tuvo que atravesar un agónico partido ante Países Bajos, al que terminó venciendo por penales.


En este marco resuenan las palabras del tango Naranjo en Flor, de Virgilio y Homero Expósito: "Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir".


Sin embargo, para Saborido, "el suplicio no es un destino, sino circunstancia, es algo que se construye.


Sputnik

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