FUENTE: LA JORNADA
En la galería al aire libre ubicada en el Bosque de Chapultepec se inauguró Homenaje fotográfico, en honor a Elena Poniatowska. Las imágenes de un grupo de artistas mexicanas se entrelazan con retratos de distintos momentos de vida y citas de su obra literaria para proponer un diálogo con la crónica del México reciente.
Mi vida ha sido una inmensa interrogación, preguntarle a los demás cómo le hacen para vivir, para pintar, escribir, crear, hacer entrevistas, crónicas, para vivir y ser feliz, respondió al ser entrevistada por la prensa en la ceremonia. Estas fotógrafas nos dieron una lección de vida, agregó sobre algunas de las creadoras exhibidas sobre la avenida Paseo de la Reforma.
A unos días del cambio presidencial, afirmó que Claudia Sheinbaum es una mujer en la que todos podemos confiar, eso es muy importante.
Graciela Iturbide, de quien se incluyó en la exhibición una imagen del baño de Frida Kahlo, fue breve y enfática sobre el sentir en la mesa instalada en el interior del Jardín Botánico: Todos adoramos a Elena. La queremos mucho.
Por su parte, la actriz y ex senadora Jesusa Rodríguez recordó que los antiguos griegos, también conocidos como helenos, acudían al oráculo cuando tenían una pregunta trascendental o querían saber sobre el futuro. Hoy, ante los misterios tántricos o para conocer la realidad del estrambótico mundo, nos vamos a la colonia Chimalistac, nos sentamos en unos silloncitos amarillos en la sala de Elena y le preguntamos a ella la respuesta a cualquier duda existencial que nos atormenta. La última vez fue sobre los alcances de la inteligencia artificial.
Un ejemplo del oráculo de Elenita, abierto a cualquiera que camine por las rejas colindantes del bosque, se lee: Las mujeres pueden hablar mejor de sí mismas que muchos escritores.
En otro punto, el letrero de fondo blanco sentencia: La vida se justifica plenamente en sí misma en cuanto observas con algo de inteligencia y pureza las cosas de la naturaleza, frase que emerge entre el verdor del bosque urbano junto al afluente de automóviles.
El curador Oswaldo Ruiz detalló que se hicieron puentes entre 19 fotografías de artistas contemporáneas junto a retratos de la autora de La noche de Tlatelolco realizados por seis autores, incluido su hijo Emmanuel. Entre las impresiones en gran formato se intercalaron algunas citas de la escritora para incluir su voz a manera de palabras escritas.
Un viaje de los años 60
Era importante que las fotografías, tanto a color como en blanco y negro, dialogaran alrededor de la visión de México que Elena Poniatowska ha relatado en más de 20 libros. El espectro en el tiempo de las tomas es amplío, pues la más antigua data de alrededor de los años 60 y llegan hasta la época contemporánea.
Carmina Rufrancos, directora literaria de Editorial Planeta, mencionó que en mayo de 2023 inició la publicación de la biblioteca Elena Poniatowska bajo el sello Seix Barral Es un enorme honor albergar la obra de una de las autoras más importantes de Hispanoamérica y emprender esta aventura de la mano de las maravillosas fotógrafas, reunidas ahí, con excepción de Kati Horna, Tina Modotti, Lourdes Grobet y Mariana Yampolsky, ya fallecidas.
¿Quién es la señora?, preguntó una chica con acento extranjero al observar el tumulto y un enjambre de cámaras en la acera frente al Museo Nacional de Antropología. Una voz acomedida, con tono de orgullo le respondió: La escritora Elena Poniatowska.
Sonriente, con el gesto lleno de curiosidad ante cada imagen, leyendo las distintas citas enmarcadas junto a los retratos y fotografías contemporáneas, la ganadora del Premio Cervantes 2013 recorrió la exposición junto al lago, relucientes, enormes y colgadas sobre las rejas.
Mónica Pacheco Skidmore, directora ejecutiva del Bosque de Chapultepec, presidió como anfitriona el acto inaugural en el interior del Jardín Botánico, hasta donde llegó caminando Elena Poniatowska, acompañada por Argel Gómez Concheiro, encargado de despacho de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México.
En todo momento la homenajeada de 92 años lució sonriente, curiosa, feliz, resguardada como la flor más delicada del jardín, aunque su voz nunca sonó a través del micrófono tras los discursos de los integrantes del presídium.
En cambio, otra voz resonó más allá de las rejas: ¡Gracias, señora!, que fue acompañada por varios gritos que la ovacionaron desde el piso descapotado de un autobús que paseaba turistas.
FUENTE: LA JORNADA
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