Redacción Laura García Rivas

Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), comprobaron que dormir poco aumenta el riesgo de sufrir sobrepeso.
Por su parte el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC 2022) mostros que aquellos que duermen menos también reúnen características poco saludables, como: exceso de grasa, tensión arterial elevada, niveles anormales de lípidos y glucosa en la sangre.
La fundación SHE, con el apoyo de la Fundación “la Caixa”, la Universidad de Barcelona y el CNIC, examinaron la asociación entre la duración de sueño y la salud en 1.229 adolescentes. El promedio de edad de los participantes fue de 12 años, los cuales fueron evaluados durante 4 años –usando el mismo número de niños y niñas–.
Mientras que, para los adolescentes de 12, 14 y 16 años, rastrearon su actividad mediante el portátil que portaba cada participante.
La clasificación del estudio fue: –utilizando 8 horas o más como óptimo– los participantes que duermen menos de 7 horas son durmientes muy cortos; durmientes cortos aquellos que duermen entre 7 a 8 horas, y durmientes óptimos aquellos que duermen entre 8 horas o más, asimismo, el sobrepeso y obesidad lo determinaron según el índice de masa corporal.
De los participantes de 12 años, solo el 34 por ciento dormían al menos de 8 horas por noche, lo cual se redujo al 23 y el 19 por ciento entre aquellos de 14 a 16 años. Se demostró que los adolescentes que dormían más también tenían un sueño de mejor calidad, es decir que no se despertaban tanto durante la noche.
En comparación de las personas que duermen óptimamente la prevalencia de sobrepeso/obesidad fue del 27, 24 y 21 por ciento más probable en los participantes de 12 y 14 años que duermen poco. En comparación con las personas que mostraron un sueño óptimo, el sobrepeso/obesidad fue de un 21 y un 72 por ciento más probables en personas que duermen muy poco a los 12 y 14 años, mientras que los que dormían poco tenían un 19 y un 29 por ciento más probabilidades de tener sobrepeso/obesidad.
“Las conexiones entre la falta de sueño y la mala salud fueron independientes de la ingesta de energía y los niveles de actividad física, lo que indica que el sueño en sí mismo es importante. El exceso de peso y el síndrome metabólico se asocian en última instancia con las enfermedades cardiovasculares, lo que sugiere que los programas de promoción de la salud en las escuelas deberían enseñar buenos hábitos de sueño”, asegura el doctor Rodrigo Fernández-Jiménez, líder de grupo del laboratorio de Imágenes y Salud Cardiovascular.