Un estudio reciente realizado por científicos de Estados Unidos ha establecido un vínculo preocupante entre la contaminación del aire y el aumento del riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Este hallazgo, que arroja luz sobre los impactos de la contaminación atmosférica en la salud cerebral, fue publicado en la prestigiosa revista Neurology.
El equipo de investigación, liderado por Grace Christensen de la Escuela Rollins de Salud Pública en la Universidad Emory, en Atlanta, Georgia, descubrió que la exposición a altos niveles de partículas en suspensión, comúnmente emitidas por el tráfico vehicular, está significativamente asociada con condiciones relacionadas con el Alzheimer. Estas partículas, diminutas pero peligrosas, son capaces de provocar inflamación y estrés oxidativo en el cerebro, procesos que se cree están en el corazón de la patología del Alzheimer.
El estudio también sugiere una interacción entre la exposición a la contaminación y el gen APOE, conocido por su asociación con un mayor riesgo genético de desarrollar Alzheimer. Este descubrimiento podría explicar por qué algunas personas son más susceptibles a los efectos de la contaminación del aire en términos de desarrollo de la enfermedad.
Según datos de la Asociación del Alzheimer, aproximadamente 6,7 millones de estadounidenses mayores de 65 años padecen esta enfermedad, siendo los mayores de 75 años los más afectados. Aunque la mayoría de los afectados son blancos, estudios indican que los afroamericanos y los hispanos tienen un riesgo más elevado de desarrollar esta condición.
La investigación analizó el tejido cerebral de 224 individuos que habían donado sus cerebros para la investigación de la demencia después de su muerte, con una edad promedio de fallecimiento de 76 años. Los resultados mostraron que aquellos expuestos a altas concentraciones de partículas en suspensión en el aire durante al menos un año antes de su muerte eran más propensos a presentar placas, aglomeraciones anormales de fragmentos de proteínas, que son indicativas de Alzheimer.
Este estudio subraya la importancia de abordar la contaminación del aire no solo como una cuestión ambiental, sino también como una urgente preocupación de salud pública, dada su implicación en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.
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