María Esther Beltrán Martínez
Fotos: J.Carlos Santana
Málaga, España.- La pandemia ha venido a marcar un antes y un después en la cultura. Los museos se han visto afectados, han cerrado y vuelto a recibir al público. El Museo Picasso Málaga presenta Miquel Barceló. Metamorfosis. Cumpliendo con el compromiso de la contemporaneidad, da la bienvenida a Miquel Barceló, quien decidió el nombre de la exposición, por la célebre ficción hasta hace muy poco traducida en el español como La metamorfosis escrita por Franz Kafka y publicada en 1915.
El curador de la muestra es Enrique Juncosa, pone la atención en la condición cultural trashumante del artista, a la vez que supone un planteamiento crítico de la creación entendida como proyecto de progreso ilimitado: cada una de sus obras nos lleva a otra, en un proceso de reinvención cíclica.
Reúne alrededor de 100 obras del artista realizadas a partir del 2015 hasta nuestros días y que en su gran mayoría provienen de sus estudios en París y Mallorca. Son pinturas hechas sobre inusuales soportes, obras en papel realizadas en diversos lugares del mundo, piezas cerámicas nada convencionales, cuaderno de notas de uso privado o extravagantes tótems laico que constatan la identidad poliédrica de su obra y la personalidad cultural trashumante de un creador para el que el paso del tiempo y la transformación de la materia tiene cualidades alquímicas.
Miguel Barceló ha expuesto en prestigiosas instituciones de todo el mundo como el Museo del Prado, Madrid; el Musée du Louvre, Paris; o la Galleria Nazionale d’Arte Moderna, Roma, entre otras.
“Miquel Barceló, artista de tradición mediterránea, ha dejado huellas en toda su producción de un intenso modo de vivir su obra es el resultado de una exploración constante, rica en materia, depurada y llena de sugerencias, se trata de integrar el arte y la vida, y muestra interés por el cambio permanente, la organicidad, la temporalidad, la descomposición y la muerte” explica Patricia del Pozo Fernández, Consejera de Cultura y Patrimonio Histórico de la Junta de Andalucía, en el catálogo realizado con motivo de la exposición, publicado en español con textos en inglés, de trescientas páginas. El libro contiene una conversación entre Bernard Ruiz-Picasso y Miquel Barceló, así como textos del comisario Enrique Juncosa y del director artístico del Museo Picasso Málaga.
Al igual que para Pablo Picasso, también para Barceló la cerámica, la pintura o el dibujo son variaciones, experimentos de un todo: “Cada obra es experimental, cada obra es un ensayo para otra, que no existirá probablemente jamás, y eso creo que es tan válido para mi pintura como para mi cerámica o para cualquier cosa que salga de mi mano”. Afirma Barceló que lo que ha recibido de Picasso es “una especie de influencia genérica, una manera de relacionarse con la vida, una forma de estar en el mundo”.
La reanudación constante de la búsqueda, la versatilidad en la exploración de nuevos soportes, la interrelación entre diversas técnicas y periodos artísticos, una manera de trabajar incesante y vertiginosa, la riqueza cromática, el discurso con la gran tradición, la fascinación por la mitología y el simbolismo arcaico de la tauromaquia o las ilustraciones de libros, hermanan de alguna manera a estos dos artistas españoles, tan cosmopolitas como hijos del Mediterráneo, artífices de un arte tan primitivo como irresistiblemente moderno.
Enrique Juncosa destaca también los Tótem nuevo ciclo de cerámica de gran formato realizados a partir de bloques superpuestos que roca en la arquitectura clásica y los personajes mitológicos. En esta muestra hay bajo la piel de todas sus piezas un distintivo: la forma de pensar desde un irresistible apetito por la búsqueda. y dentro de muchas formas de esta, por aquella que ondea en lo imperfecto, en lo fuera de sitio, en lo ajeno a la norma. La exposición de Barceló marca el interés del Museo Picasso Málaga por alumbrar a los grandes creadores de la actualidad, al tiempo que prosigue con la misión de difundir la obra, orígenes, vida y trayectoria del genio malagueño.
Miquel Barceló. Metamorfosis exhibe asimismo recientes pinturas de gran formato, como unos paisajes nocturnos, azules y negros, con tormentosos cielos de plenilunio, en los que resuenan movimiento y luz. Asimismo, se muestra un autorretrato de aspecto carbonizado, resultado de arañar una superficie negra, y pinturas con relieves de animales que aluden a las pinturas rupestres, que testimonian que para Barceló la prehistoria es tan moderna como cualquier otra época de la historia del arte.
Ávido lector, notable escritor y conocedor de las grandes obras de la literatura universal, la exposición incluye como material de consulta los originales libros ilustrados, como el Fausto de Johann Wolfgang von Goethe y la Divina comedia de Dante Alighieri que ha ilustrado para Galaxia Gutenberg o La métamorphose de Franz Kafka, que ha hecho para la editorial francesa Gallimard. Precisamente, una serie de quince aguadas que el mallorquín ha creado sobre este relato de un humano que se transforma en insecto, se exponen junto a otras dos series coetáneas de acuarelas realizadas en Tailandia y en la India, países que ha visitado con frecuencia en los dos últimos años, cuyo vibrante cromatismo nos transporta a un particular universo idealizado de mitos y leyendas.
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