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Minuto de aplausos en el Senado a magistrade Ociel Baena, en el Día de la Memoria Trans 



Luchar por los derechos de este sector no puede ser una labor sujeta a ideologías, atavismos ni cálculos electorales, señala la senadora Ana Lilia Rivera  


Llama Patricia Mercado a exigir justicia para todas las personas trans, incluidas las no binarias, “una justicia verdadera, con pleno respeto a los derechos humanos” 


En la ceremonia para iluminar el Senado con motivo del “Día de la Memoria Trans”, senadores y activistas dedicaron un minuto de aplausos al magistrade Jesús Ociel Baena Saucedo y a su pareja, Dorian Herrera, que fueron encontrados sin vida el pasado 14 de noviembre, en Aguascalientes.   


La presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera Rivera, enfatizó que reconocer, garantizar y luchar por todos los derechos de las personas trans no puede ser una labor sujeta a ideologías, atavismos ni cálculos electorales.  


Se trata, agregó, de resistir, con todas nuestras fuerzas, los embates del movimiento antigénero, el incremento de posturas contra la igualdad de género, la salud, los derechos sexuales y reproductivos.  



“Nos unimos, sí, para recordar y llorar a quienes han perdido la vida y han sido víctimas de violencias atroces, pero también, en nombre de esta institución, reconozco que nuestro trabajo tiene que dar mucho más que sólo alumbrar edificios”. 


Dijo que en el Congreso se tiene que construir la legislación que garantice los derechos de las personas trans, pues “estamos obligados a despojarnos del velo de la ignorancia y pugnar por la creación de entornos que prioricen la humanidad, la seguridad y la dignidad de las personas”.  


Ésa, acotó, será nuestra verdadera contribución a la justicia: resistir desde el Parlamento y crear las medidas para derribar la violencia, la discriminación social, la mala salud, las dificultades económicas, el desempleo y, en general, la falta de acceso a derechos de las personas trans.  


Ana Lilia Rivera condenó el odio, los prejuicios y la violencia contra este sector. “Queremos que este acto simbólico sea un homenaje de acompañamiento, solidaridad y compromiso que transforme y trascienda”.   


Refirió que el año pasado, el odio, la violencia y el suicidio truncaron trágicamente las vidas de cientos de personas trans en todo el mundo, pero en nuestro país los números ni siquiera son claros y aunque lo fueran difícilmente reflejarían el dolor, la rabia e injusticia que entraña este tipo de violencia.   


La senadora reconoció que “vivimos en una sociedad de dobles y hasta triples morales, donde se redactan leyes, se instauran conmemoraciones y se crean eslóganes virtuales, pero que no dejan de ser hostiles, excluyentes, opresoras y asesinas de quienes osan salirse de la rayita, de quienes no caben en los estrechos espacios de la frívola expectativa social”.  


En tanto, la senadora Patricia Mercado Castro hizo un llamado para exigir justicia para todas las personas trans, incluidas las no binarias, “una justicia verdadera, con pleno respeto a los derechos humanos de las víctimas y sus familias, una conducción del Sistema de Justicia que no estigmatice y no de revictimice, como en el caso del magistrade Ociel Bahena y de su pareja Dorian Herrera.  



Demandó todas las medidas para prevenir los crímenes de odio, porque además de pedir que no haya impunidad necesitamos que no se cometan esos ataques.  


Le magistrade, recordó, no sólo se comprometió con una causa, al poner sus conocimientos como abogado al servicio del avance de los derechos de las personas y comunidades LGBTI+.  


Además, fue valiente al asumir públicamente su identidad como persona no binaria y al visibilizar una expresión de género muy personal, pero muy disruptiva, en un ámbito tan rígido como es el servicio público en el Poder Judicial.  


Advirtió que las mujeres trans son la población más violentada y discriminada de toda la diversidad sexual y de género. El informe más reciente de Letra S, refirió, reportó que en 2022 se registraron en México, al menos 87 muertes violentas de personas LGBTI+, por motivos presuntamente relacionados con su orientación sexual, identidad o expresión de género.  


Pero al mismo tiempo, el informe advierte que hay un subregistro, por lo que la cifra real se aproximaría a las 200 víctimas de homicidio durante ese año; de esas 87 muertes violentas documentadas, 48 fueron de mujeres trans, es decir, más de la mitad. 


Patricia Mercado advirtió que cuando sucede un asesinato, atrás hay toda una vida de padecer agresiones, exclusión y discriminación en los que también tenemos que poner una mirada constante y exigente.  



La diputada federal Salma Luevano Luna llamó a no permitir que no se ocupen los espacios de los servidores públicos para expresar discursos de odio hacia las personas trans, “porque eso está constando muchas vidas”. 


Además, recordó el trabajo y la lucha del magistrade Jesús Ociel Baena, y dijo que una de sus preocupaciones eran las nuevas generaciones de la comunidad LGBT+. 

El activista Johan Fernández pidió un minuto de aplausos para el magistrade y dijo que la justicia tiene una deuda con él.  


“No debemos quedarnos con las manos cruzadas, debemos involucrarnos, porque eso era lo que elle y la diputada Salma querían. Si no estamos ahí, quien va a luchar por nuestros derechos, si no estamos ahí cómo le damos continuidad a la lucha del magistrade”. 


Ari Muñoz, presidente de LGBT+ Rights México, consideró que iluminar el inmueble donde se hacen las leyes, con los colores de su bandera, “es un mensaje para aquelles que están afuera, para aquelles que el miedo les invade y que la situación actual de nuestro país no les deja vivir con seguridad y tranquilidad”.  


Por ello, agradeció la apertura del Senado para impulsar este tipo de espacios y afirmó que continuarán con el trabajo para construir un México en el que quepan “todas, todos y todes”, y para que se les reconozca como seres humanos, que sienten, que ríen, disfrutan, que tienen familias, “que somos merecedores de una vida digna”. 


Por su parte, Natalia Lane, asambleísta consultiva del Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación, dijo que, para comenzar a saldar la deuda con las personas de identidad no normativa, que exigen una vida libre de violencia y discriminación, es necesario un cambio cultural en las escuelas, trabajos y todos los espacios públicos.  


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