Redacción Fernando Galindo
La exposición por mucho tiempo a los rayos del sol, pueden ser perjudiciales para el cuerpo y una señal de ello es el bronceado en nuestra piel, así lo explica la Biblioteca Nacional de Medicina (NLM, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
Como informa esta institución, a la Tierra llega la luz del Sol como una mezcla de rayos visibles. Aunque si bien algunos de ellos son inofensivos, existen otros, conocidos como rayos ultravioleta (UV), una forma de radiación, que pueden causar problemas.
¿Qué son los rayos UV?
Los rayos UV ayudan al cuerpo a producir vitamina D, pero una exposición prolongada a ellos daña la piel. Específicamente, señala la NLM, la mayoría de las personas puede obtener la cantidad necesaria de vitamina D exponiéndose al sol entre 5 y 15 minutos dos a tres veces por semana.
Existen tres tipos de rayos UV. Dos de ellos, UVA y UVB, pueden llegar a la superficie de la tierra y afectar la piel. Los rayos UVB pueden causar quemaduras de sol.
En tanto, los rayos UVA pueden afectar más profundamente, advierte la NLM. “Cuando la piel se expone a rayos UVA, esta intenta protegerse de un mayor daño produciendo más melanina, el pigmento de la piel que la vuelve más oscura. Esto es lo que le produce un bronceado y significa que el bronceado es una señal de daño en la piel”.
En este sentido, ¿es saludable broncearse?, pues ya sea al aire libre o en interiores con una cama solar (que también expone a las personas a los rayos UVA y UVB) no es recomendable broncearse, asegura la NLM. En específico, la exposición excesiva a los rayos UV puede causar problemas de salud como: envejecimiento prematuro de la piel, lo que puede hacer que se vuelva gruesa, curtida y arrugada; y provocar manchas oscuras, ya que la exposición a largo plazo a estos, hace que este órgano pierda elasticidad.
Además, como algo más grave puede provocar cáncer de piel; queratosis actínica, una zona gruesa y escamosa de piel que en general se forma en áreas expuestas al sol, como la cara, el cuero cabelludo, la parte posterior de las manos o el pecho; daño ocular, incluyendo cataratas y fotoqueratitis; y debilitar el sistema inmunitario.
Para protegerse de los efectos perjudiciales a la exposición de rayos solares, la NLM sugiere: limitar la exposición al sol, en especial entre las 10 y las 16 horas, cuando este es más fuerte; usar protector solar; utilizar gafas de sol que bloqueen los rayos UVA y UVB: llevar sombrero; usar ropa que proteja tu cuerpo.
Además, el organismo estadounidense destaca que es preciso revisar la piel regularmente y, en caso de detectar manchas o lunares nuevos o cambiantes, consultar a un profesional médico para una evaluación.
Comments