Redactor Fernando Galindo
Wi-Fi se ha vuelto una necesidad en la actualidad y este es el sistema que se usa en la mayoría dispositivos para acceder a internet de forma inalámbrica, pero existe una alternativa llamada Li-Fi, que tiene un concepto diferente que le permite entregar una mejor velocidad de navegación, aunque con ciertas restricciones.
Esta tecnología fue presentada por primera vez en una conferencia TED en 2011 por Harald Haas, profesor de la Universidad de Edimburgo. Aunque por ahora no ha llegado al mercado de forma masiva, ya que uso se limita a entornos muy específicos.
El funcionamiento de este sistema se basa en el uso de luces que parpadean a una velocidad tan rápida que el ojo humano no puede percibir los cambios. Estos parpadeos rápidos crean patrones que pueden ser captados por un receptor, que luego se conecta a los dispositivos, permitiendo una comunicación inalámbrica de alta velocidad.
Una de las características más destacadas de Li-Fi es su velocidad de transmisión de datos. En pruebas de laboratorio, se han alcanzado velocidades de hasta 224 Gbps, lo que hace 100 veces más rápido que el Wi-Fi tradicional.
Esto significa que las descargas de archivos, la transmisión de video en alta definición y otras tareas que requieren un ancho de banda elevado pueden realizarse de manera más eficiente y rápida.
Además de su velocidad, Li-Fi ofrece una mayor seguridad en la transmisión de datos. Al utilizar la luz para transmitir información, la señal es más difícil de interceptar y, por lo tanto, más segura frente a ataques cibernéticos. Esto se debe a que la luz no atraviesa las paredes como las ondas de radio, lo que limita la exposición de la señal a posibles amenazas externas.
Los módulos que se ubican dentro de los dispositivos para que reciban la señal son cada vez más pequeños, lo que permite que su llegada a los equipos portátiles sea posible y una alternativa para ayudar al diseño de los celulares.
Aunque esta tecnología tiene ciertas ventajas, también presenta algunas limitaciones frente al Wi-Fi convencional. Una de las desventajas más significativas es que su alcance es limitado. Dado que la tecnología se basa en el uso de luz visible, su señal se ve afectada por obstáculos físicos como paredes y techos. Esto limita dificulta su uso en entornos donde la línea de visión directa no es posible.
Además, la distancia entre el emisor de Li-Fi y los dispositivos receptores también debe ser relativamente corta, generalmente no más de 4 a 5 metros, para mantener una conexión estable. Esto hace que el sistema tenga un alcance más limitado en comparación con el Wi-Fi y el Bluetooth.
Otra de las desventajas es la dependencia a la luz. La conexión que se establece es corta si no hay una visión directa con el emisor, lo que causa constantes interrupciones, especialmente cuando hay obstrucciones físicas y movilidad. Lo que dificulta su implementación en entornos de trabajo flexible o para dispositivos que no estén fijos.
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