Redactor Fernando Galindo
El presidente de México Andrés Manuel López Obrador y su gobierno quedan una vez más en el ojo del huracán, esto sobre la polémica en torno a los libros que se entregaran a las escuelas para formar a los niños mexicanos.
Cerca de un año es lo que se lleva desde que se comenzó a diseñar este ejemplar con un material distinto al que se repartirá ahora. Los cambios han desatado la polémica, pues miembros de la comunidad educativa se quejaron y decidieron llevar la discusión a los tribunales, donde la justicia hizo que se frenará la edición y se hiciera una revisión.
Sin embargo, El Gobierno ha continuado y ahora tiene la intención de distribuir los nuevos libros de texto en todo el país, antes de iniciar el próximo ciclo escolar en agosto. Algunos especialistas han alertado que ignorar las medidas judiciales podría tener consecuencias legales. “Los libros van a llegar para el reinicio a clases el 28 de este mes”, dijo el presidente este martes, “no hay ningún juicio de amparo que impida que se distribuyan”.
La Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg) ha garantizado la impresión y distribución durante décadas los textos escolares para todos los colegios de los 32 Estados de la República Mexicana.
En los modelos diseñados por la Cuarta Transformación, de acuerdo a las versiones que circularon en la comunidad educativa, la enseñanza se reestructuró en cinco áreas: “múltiples lenguajes”, “nuestros saberes”, “proyectos de aula”, “proyectos escolares” y “proyectos comunitarios”. En esas categorías cabe todo lo que se enseñará el próximo ciclo. Entre las quejas que despertaron estos documentos, les acusan de haber desarrollado los textos sin consultar a los diferentes actores involucrados en la educación infantil.
Irma Villalpando, doctora en Pedagogía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explica después de revisar el contenido los problemas que ha encontrado: una reducción excesiva de temas relacionados a matemáticas, errores en los conceptos, saltos en los contenidos, desorden de los materiales y la exclusión de la literatura universal. La especialista advierte de que estos vacíos representan un “enorme retroceso” en materia educativa, porque los niños saldrán del colegio con déficit de conocimiento en algunas áreas.
Por su parte AMLO se ha aferrado a la idea de que quienes atacan sus libros de textos son “los grupos conservadores” y ha defendido que, pase lo que pase, sus libros llegarán a los niños mexicanos en los próximos días.
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