Redactor Fernando Galindo

La bióloga experta en neurociencia Tamara Pazos define en su libro "Este libro te hará vivir más (o por lo menos mejor)", que los paseos matutinos con exposición a la luz natural son una de las mejores recomendaciones que se le pueden hacer a una persona en el ámbito de la salud.
"Habla de 'paseos de luz, paseos de salud'. La actividad física realizada al aire libre, donde recibimos luz natural a través de los ojos y la piel, cuenta con muchos beneficios para nuestra salud que impactan a nivel celular, de órganos e incluso en el bienestar general y el estado de ánimo", dijo Pazos.
Por otro lado, en una reciente investigación publicada por la revista Nature Mental Health, liderada por investigadores de la Universidad de Monash en Australia, se habla sobre la exposición a la luz y su impacto en la salud mental. Tras recibir datos de 87,000 personas del Biobanco del Reino Unido, se obtuvo como resultado que las personas que se exponen a la luz durante el día reducen el riesgo de padecer depresión hasta en un 20%.
Esta cantidad es similar en caída a un posible padecimiento de otros trastornos mentales como la psicosis, la bipolaridad, el trastorno de ansiedad generalizada y el estrés postraumático. Por el contrario, aquellos que se someten a grandes cantidades de luz durante la noche aumentan en un 30% el riesgo de padecer estos trastornos.
"Hoy en día, los seres humanos desafiamos nuestra biología y pasamos alrededor del 90% del día en interiores bajo una iluminación eléctrica que es demasiado tenue durante el día y demasiado brillante durante la noche, en comparación con los ciclos de luz natural y oscuridad", afirmó Sean Cain, autor principal del estudio.
Es por ello que Pazos recalcó el beneficio de los paseos durante la primera hora del día, ya que ayudan a poner en sintonía ritmos biológicos.
"Cuando el cerebro recibe la información de que está amaneciendo a través de los ojos, esta señal funciona como una marca temporal que le dice a nuestros órganos que ese es el primer momento del día y coordina la producción hormonal para el resto de la jornada, incluyendo la noche. Si a lo largo de la semana vamos exponiéndonos a esa primera luz del día, nuestro reloj interno está en hora y, por lo tanto, nos ayuda a estar activos durante el día y a secretar las sustancias adecuadas para descansar en la noche" explicó Pazos.
Por su parte, José Ángel Rubiño, enfermero, neuropsicólogo y miembro del grupo de investigación de Neuropsicología y Cognición del Instituto de Investigación de la Salud de Baleares, recomienda que la exposición a la luz natural debe ser de al menos 30 minutos hasta 1 hora, y el horario ideal sería entre las 9:00 y 11:00 horas, que es cuando se obtienen mejores resultados del paseo, y este es favorable para todas las edades.
Con información de: EL PAÍS
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