Celebro que la UNAM,
a través de su comunidad,
dedique, sin claudicar,
un espacio para la poesía
escrita y escribiéndose.
Camila Krauss, en Replicante, periódico de poesía

Por José Manuel Rueda Smithers
A propósito de los ataques que la UNAM recibe desde hace días, la realidad poco a poco demuestran cómo, al ser una de las mejores instituciones del mundo, sigue en pie, trabajando fuerte y, y lo mejor de todo, dejando en claro que los esfuerzos por denostarla son simples llamaradas de petate, juegos políticos que fortalecen, más que debilitar.
El análisis de la Cultura Impar muestra un posible punto de ataque que responde con claridad al objetivo de la campaña negra por la que atraviesa, desde el púlpito de Palacio Nacional. Es claro que el rector Enrique Graue ocupa un espacio políticamente suculento para los intereses de la 4T. Su MUY GRAVE PROBLEMA es que el rector es científico, no político. Nada más ni nada menos.
Obvio, esta es una muy simplista conjetura (pero hubo que bajarse al nivel del gobierno, ni modo), que sólo sigue las señales que el líder va dejando en su búsqueda por “hacer que Graue se canse y se vaya”, dejando libre el espacio.
O sea, no hay mucho por qué preocuparse. Es claro que no hay enemigo pequeño, y eso obliga a una muy rica estrategia como la que se hace: trabajar en aulas, en laboratorios, en investigaciones, en academias, en jardines, en cafés, en todos lados.
La UNAM está
Ahora está en los billetes de Lotería Nacional por los 100 años del escudo y lema de la UNAM; está en la COP26, la Cumbre Climática Mundial, en Glasgow, como embajadora por el clima, a diferencia del Gobierno mexicano.
Está en el seminario internacional sobre los contenidos de Internet, un desafío del mundo global; en la autorregulación, crimen cibernético, derechos y libertades, en la continuación del debate.
Basta nada más revisar los enunciados que Gaceta UNAM publica para encontrar el verdadero corazón de la UNAM:
Está en su cultura, siempre, siempre inagotable; está su música, están sus textos, están sus pensamientos. Está en la reapertura del Teatro Juan Ruiz de Alarcón. Está en el homenaje a Felipe Cazals, en el Centro Cultural Universitario.
La cultura se respira en la UNAM, se mete por los poros, y sabe cómo deleitar el pensamiento para que crezca. Claro, otro punto en contra para el líder.
Está en el Nacional Universitario, ganando plata y bronce en escalada. Marianne Bergerault, de la Facultad de Química, logró segundo lugar en femenil, mientras Ahuitz Rodríguez, de Filosofía y Letras, obtuvo el tercero en varonil.
La UNAM también está por convertirse en un referente del paraolimpismo nacional e internacional. Nuevos tiempos para el deporte adaptado de la Universidad. La presidenta de la asociación, Alejandrina Zamora, aseveró que quieren comenzar a escribir su historia con grandes logros
Y conste que no es necesario hablar de su equipo profesional de futbol, que hace su trabajo día a día y le sobran defensas y mucho más seguidores, pero está el deporte interno.
Ahí está la UNAM, con la temporada de futbol americano en puerta y, como desde hace casi 70 años, con la simbólica entrega de ropa deportiva, con el esfuerzo de jugadores y staff de los equipos durante el confinamiento y como motivación para la campaña que sigue.
La UNAM está y está en todo. Y que conste: la Cultura Impar no es de la UNAM, sino de la Septién, pero jamás permitirá que se frene el trabajo de quienes sí quieren un México ganador.