Por Ricardo Burgos Orozco
Hace unos días caminaba por una calle de la alcaldía Benito Juárez; en una de las esquinas de la avenida División del Norte vi a un hombre alto, de piel oscura, con un chaleco de color verde como cualquier trabajador de la jurisdicción. Le pregunté su nombre, pero me contestó: no habló español. Le insistí con su nacionalidad y me contestó tajantemente: haitiano. En los días recientes he visto a varias personas con una fisonomía similar laborando en diversas obras del mismo ayuntamiento.
Al comienzo del presente año hubo varias notas que una decena de migrantes haitianos estuvo en un mitin del candidato de la coalición PAN – PRI – PRD, Santiago Taboada en el cierre de su precampaña en el Parque del Mestizaje en la alcaldía Gustavo A. Madero. Los caribeños ondeaban banderas y portaban camisetas con el logo del Partido Acción Nacional. Cuando les preguntaban de dónde son, les contestaban lo mismo que a mí.
Puede ser coincidencia, pero habrá que recordar que Santiago Taboada fue alcalde de Benito Juárez antes de ser aspirante a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
En los meses recientes he visto decenas de personas en diversos lugares de la ciudad que caminan por las calles de diferentes alcaldías como si nada. Algunos me los he encontrado pidiendo dinero; dicen que son de Haití, Honduras, El Salvador, Guatemala, Ecuador, Panamá y hasta brasileños.
En una nota de Televisa hace unos días, se reporta que cientos de haitianos se ha sumado a la fuerza laboral en el estado de Nuevo León; trabajan en establecimientos comerciales principalmente. EN tanto, en Tapachula, Chiapas, los migrantes haitianos han creado su economía propia; trabajan en el sector informal y también reciben dinero de sus familiares en Estados Unidos.
De acuerdo con información del portal Suissinfo, los migrantes haitianos ocupan el tercer lugar en solicitudes de asilo en México con 13 mil 493 peticiones, casi 14 por ciento de las 97 mil 973 solicitudes que ha recibido la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar). Hay que recordar que la llegada de haitianos a México se incrementó en 2021 con el asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moise, lo que incrementó su crisis social, económica y política.
También hay que recordar que la migración centroamericana, del caribe y sudamericana ha aumentado desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador, casi al inicio de su sexenio, en octubre de 2018, dijo que eran bienvenidos los migrantes a quienes iba a ofrecer empleo. En aquel tiempo señaló: “hay opciones, hay alternativas, no se trata sólo de eso (dejar pasar las caravanas de migrantes), se trata de dar opciones, dar alternativas, de que quienes quieren salir de sus pueblos tengan oportunidades de trabajo. Nosotros en México, a partir del 1 de diciembre vamos a ofrecer empleo, trabajo, a migrantes centroamericanos”.
En la actualidad, El presidente norteamericano, Joe Biden, está urgiendo a México ahora a detener los flujos de migrantes que intentan cruzar como nunca antes hacia territorio estadounidense. Sin embargo, la mayoría no llega a su destino y se quedan en México, por lo que se ha convertido en un gran problema difícil de resolver para el gobierno de López Obrador. Seguramente hoy el mandatario mexicano está muy arrepentido de aquella declaración de octubre de 2018.
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