Redacción Laura
La era moderna, con su vertiginoso ritmo y sus constantes desafíos, ha posicionado la inteligencia emocional como una competencia esencial en el mundo laboral. Es la piedra angular sobre la cual líderes y colaboradores están construyendo su camino al éxito.
Todos hemos enfrentado momentos de estrés e inseguridad en nuestro entorno laboral. Ante esto, el desarrollo de la inteligencia emocional se ha convertido en una herramienta vital para crear ambientes saludables, propicios para la motivación y el logro de objetivos tanto profesionales como personales.
José Antonio La Rosa, cofundador de Supera World, destaca la creciente importancia de la inteligencia emocional en la elección y evaluación de los futuros líderes. Los líderes modernos deben ser aptos para gestionar sus emociones y las de sus equipos, a fin de propiciar espacios de trabajo saludables y productivos. Las habilidades de empatía, comunicación efectiva y resolución de conflictos son hoy esenciales.
Mercedes Espichán, de KSR Talent, hace énfasis en que cultivar "soft skills" o habilidades blandas, incluida la inteligencia emocional, es una puerta hacia una mejor empleabilidad. Los profesionales que combinan habilidades blandas con conocimientos técnicos tienen un 30% más de probabilidad de acceder a nuevas ofertas laborales.
La relación entre el estrés laboral y el bienestar general es indiscutible. El "burnout" o agotamiento laboral es considerado por la OMS un factor de riesgo psicolaboral. Las personas bajo este síndrome tienen hasta tres veces más posibilidades de renunciar a sus trabajos, señala Sebastián Ausin, de Buk en Perú. Este no es solo un asunto de salud, sino que también tiene implicaciones en el rendimiento y productividad.
Y aunque pudiera pensarse que ciertas áreas, como la tecnológica, están exentas de este tipo de desafíos, Denisse Artica de Moventi asegura lo contrario. Los profesionales tecnológicos, al igual que cualquier otro sector, requieren desarrollar estas habilidades blandas para garantizar su crecimiento y productividad.
El camino para cultivar la inteligencia emocional se extiende más allá de la teoría. La plataforma MCampus ComunidAD de Arcos Dorados Perú sugiere prácticas concretas, entre las que destacan: el autoconocimiento, evitar reacciones impulsivas, comunicarse con claridad, practicar la empatía, escuchar activamente y aprender a recibir críticas de manera constructiva.
Esta creciente demanda de inteligencia emocional reitera su importancia en la configuración del liderazgo y el trabajo en equipo del futuro. En un mundo en constante cambio, no solo se trata de qué sabemos hacer, sino también de cómo gestionamos nuestras emociones y relaciones en el proceso.
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