Norma Luna
El impacto más fuerte en el ser humano, son las consecuencias, un acto que solo se asume cuando llega (N. Luna)
La música, es sin duda la presencia intangible número uno, en la vida de los seres humanos. Su historia es tan amplia, que ha logrado tener visa para llegar a cada rincón del mundo, su mejor medio es el ser humano, mediante su voz y habilidades para los instrumentos. Las especies animales, la naturaleza misma, emanan un cántico inigualable que el hombre mismo confirma con sus conceptos y creaciones en la música. Se podría decir que el planeta mismo, habilita los elementos para poder lograr la armoniosa melodía de quien desea compartirla.
Sus beneficios son inimaginables, en pasajes de la historia universal se dice que, en el libro del viejo testamento, el personaje de David fue reconocido como músico y tocaba el arpa para aliviar, el estado emocional del rey cuando un espíritu inmundo venía a él. En algunas fuentes bibliográficas, describen que los mayas desarrollaron instrumentos musicales como flautas, silbatos, tambores de madera o tunkules, sonajas y cascabeles, y utilizaron caracoles sonores y caparazones de tortuga. Con su música cantaban y bailaban durante las festividades. En cada parte del mundo surgieron una diversidad de géneros de la música, y su más grande promotor ha sido la historia Universal. No es, sino hasta mediados del siglo XX que surge de manera formal la industria musical, con la aparición de disqueras y medios de comunicación masiva. Logrando en sus inicios dará conocer talentos a nivel mundial.
Sin embargo, aun dando a conocer a grandes estrellas y conceptos musicales, hay un espacio que la misma industria musical ha perdido de vista, “el impacto real” en las sociedades. Por ejemplo, un impacto no esperado, fue una de las canciones más vendidas fue «White Christmas» (1942), de Bing Crosby, con un aproximado de más de 50 millones de copias, ventas jamás esperadas, solo era una canción de navidad, o no? «Candle in the Wind 1997»/«Something About the Way You Look Tonight», de Elton John, vendió 33 millones de copias. Los Beatles como grupo vendió más de 600 millones de discos vendidos, y Elvis Presley como solista, la misma cantidad o más. Pink Floyd 300 millones de copias. Lo anterior le podemos sumar una lista larga de latinos, como juan Gabriel, quien vendió más de 105 millones de discos. El impacto más poderoso, de estas ventas han sido por las emociones humanas. Cada instrumento tocado, cada letra de una composición, el canto de los pájaros y de mil especies que desconocemos, han contribuido a embalsamar el dolor, la alegría y nostalgia del ser humano. Los intelectuales, los exigentes de la música, los críticos, no se atreven ni a comparar una música clásica con rock electrónico, o una cumbia con los Rolling Stone, se les hace inaudito. Ejercen una visión conforme a un mercado, reglas pasadas de moda, sin ver el movimiento de las emociones, lo que les impide ver, el crecimiento y las nuevas comunidades sociales en las preferencias musicales. Hoy en día los eclécticos de la música han arrasado con las nuevas generaciones, han cambiado las reglas de asumir el gusto por la música. Otro impacto masivo que ha tenido la música es en la ciencia. Estudios han comprobado que no importa el tono de la música, si ésta hace feliz al individuo. La Dra. Sara Lenz Rock, vicepresidenta sénior de Política y Salud Cerebral de AARP y directora ejecutiva del GCBH. “describe que “La música hace que todo lo que sabemos acerca del mejoramiento del cerebro sea más fácil”. Eleva el estado de ánimo. Cuando la música llega a los oídos, las ondas sonoras se convierten en impulsos nerviosos que viajan a varias áreas del cerebro, incluso las que liberan dopamina, un neurotransmisor que interviene en la regulación del placer. Escuchar música “te hace sentir mejor”, ningún tipo de música es mejor que otro. Todo depende de las preferencias personales, ya sea Mozart, Madonna, cumbia, o música electrónica.
A la historia de la música se le suma la industria musical independiente, la industria musical de las redes sociales, la industria de la música medicinal y la preferencia libre de elegir. La música ha evolucionado, pero sin impacto emocional no sería
posible su cura, su escucha, su consuelo, acompañamiento y amor. Hasta la maldad baila y usa la música para tener un poco de felicidad. Mientras la música de armonía y paz sigamos cantando y bailando.
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