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La IA impacta en el contexto social con nuevos modelos de inclusión en el ámbito laboral y formas de

arte

Redactor: Daniel Lee

Hablar sobre de Inteligencia Artificial (IA), es referirse a cambios radicales que impactan a la sociedad en todos sus ámbitos: sociodemográficos, culturales, económicos, médicos y hasta el aspecto humano, afirmó la coordinadora de Humanidades de la UNAM, Guadalupe Valencia García.

Dijo que lejos de darle la espalda, negarla o condenarla, se abre nuestra inteligencia y afectó a una herramienta con la cual nos podemos aliar para beneficio de todos.

Hoy los tiempos son de graves crisis, como la ocasionada por la pandemia de la COVID-19, pero también por la robustez de los avances científicos y tecnológicos, señaló en el auditorio Alfonso Caso, en Ciudad Universitaria.

“Bien sabemos que la IA tiene grandes posibilidades, entre otras brindar las herramientas correctas para la búsqueda de la promoción y mejora de las capacidades humanas.

Por eso interesa enfatizar su dimensión ética, para el fomento y protección de los derechos fundamentales, con vista al establecimiento de una colaboración eficaz entre seres humanos y dispositivos tecnológicos”.

Esa tecnología ha generado impactos en el contexto social, nuevos modelos de inclusión en el ámbito laboral y formas de creación de arte o cuestionamientos del acceso que la mayoría de la población tiene hacia ella; incluso los elementos que constituyen al ser humano en su sentido más estricto, abundó Valencia García.

Al dictar la conferencia magistral “La recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial”, la directora de la Sección de Bioética y Ética de la Ciencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Dafna Feinholz Klip, señaló:

Esas tecnologías carecen de valor neutral, deben estar firmemente basadas en valores humanos, comunes, y en un marco internacional de derechos humanos.

La IA, mencionó, es un punto de inflexión tecnológica y una disrupción antropológica; “está cambiando el tejido social, porque nos relacionamos de otra manera: hablamos menos, por medio de las redes, nos reconocemos con likes y ahora escribimos cartas por medio de Chat GPT, en lugar de pensar lo que queremos decir”.

La vulnerabilidad es central en un contexto de interacciones humanas, donde también tiene impacto esa herramienta. “Si nuestra autoestima depende de cuántos likes tenemos, es muy grave, y se crean problemas de depresión, soledad, etcétera”. Este, acotó, no es sólo un tema para los filósofos, de ahí la importancia de la bioética, que es una disciplina multi y transdisciplinaria.

La extutora y profesora del Posgrado de Bioética de la UNAM alertó que los humanos no pueden sólo desarrollar la tecnología sin hacerse responsables de ella de la “A” a la “Z”, lo cual implica tener consideraciones éticas desde el principio, a partir de su concepción y durante todo su desarrollo y aplicación, para que no se constituyan en “Frankenstein”, en monstruos. “Si nos desentendemos, se puede originar un problema”.

En la sesión, organizada por el Programa Universitario de Bioética (PUB) y la Comisión Nacional de Bioética, puntualizó que se trata de una de las tecnologías de la cuarta revolución industrial; no es sólo una herramienta más, sino que irrumpe y forma parte de nuestra vida cotidiana. “Aunque esto es una generalidad porque mucha gente no tiene acceso a ella, y ese es otro de los puntos éticos importantes a considerar”.

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