Redacción Mayte Mendoza Cerón ANCOP
Entre la comunidad científica se ha hablado mucho de la ingeniosa y sorprendente tecnología CRISPR-Cas9 en los años recientes, esta tecnología ha llevado a una verdadera revolución en la medicina genética.
De acuerdo con el investigador del Departamento de Biología Celular y del Desarrollo en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, Fernando López Casillas, la tecnología CRISPR-Cas9 está a la altura del fuego de Prometeo porque es una herramienta tan poderosa que nos permite manipular el ADN (ácido desoxirribonucleico) con una precisión y velocidad que antes ni siquiera soñábamos.
Científicos del Centro Max Delbrück de Medicina Molecular (MDC) en la Universitätsmedizin Berlin preparan un ensayo clínico para tratar la distrofia muscular hereditaria, enfermedad causada por un gen defectuoso. Los investigadores buscan tomar células madre musculares del paciente enfermo, corregir con CRISPR-Cas9 los genes defectuosos y reinyectar en los músculos las células tratadas para que puedan proliferar y formar nuevo tejido muscular.
Esta nueva técnica, les ha dado una nueva esperanza a quienes necesitan un trasplante que pueda salvarles la vida. En todo el mundo hay una crisis de órganos para trasplantes; en el caso de México, se calcula que más de 23 mil personas están en lista de espera para un trasplante.
Frente a este problema un equipo de científicos y cirujanos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Maryland realizaron en un adulto el primer trasplante exitoso de un corazón proveniente de un cerdo, para hacer posible el trasplante, con la tecnología CRISPR-Cas9, el equipo modificó genéticamente el corazón del animal donador para eliminar tres genes y evitar el rechazo por parte del sistema inmune humano.
Los científicos también insertaron en el genoma porcino seis genes humanos responsables de la aceptación inmunológica del corazón, por último, se eliminó un gen en el cerdo para evitar que el tejido del corazón creciera excesivamente una vez trasplantado.
Esto ha sido el esfuerzo, de una batalla histórica en la que los únicos ganadores han sido los más curiosos, los que durante muchos años han acumulado información del mundo que nos rodea, pura ciencia básica, no ciencia ficción.
La tecnología CRISPR ha tenido una larga evolución que, de acuerdo con López Casillas, sus orígenes ocurrieron en el campo de la ciencia básica. Al estudiar ciertos genes bacterianos enigmáticos, engranajes correspondientes a un sistema de defensa que, se creía, solo ocurría en animales, se encontró un sistema que opera como un sistema inmune adaptativo, esto significa que las bacterias tienen una manera de “inmunizarse” contra reinfecciones por bacteriófagos (virus que infectan exclusivamente a bacterias) con los que ya habían estado en contacto.
“La ventaja de la Cas9 es que puedes modificarla para que haga lo que uno desea al diseñar una adecuada guía (sgARN), de manera que podemos cortar, reparar, insertar una secuencia específica de ADN o detener un proceso bioquímico, como la transcripción, y que no se manifieste la enfermedad genética, todo con asombrosa precisión, de ahí el nombre de ‘tijeras mágicas moleculares’”.
“La clave es tener mucha información del fenómeno que quiero modificar”, comenta el investigador. “La investigación es así, un ejercicio intelectual en el que a veces no obtenemos los resultados que esperamos, pero lo importante es ir sumando información, ‘conocimiento humano’. Por ejemplo, en la región CRISPR bacteriana, donde empezaron a investigar por pura curiosidad, con la mente abierta, encontraron algo completamente inesperado”, mencionó López Casillas.
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