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La ciencia explica por qué nos ponemos de mal humor cuando tenemos hambre


La ciencia explica por qué nos ponemos de mal humor cuando tenemos hambre
La ciencia explica por qué nos ponemos de mal humor cuando tenemos hambre

 

Todos hemos pasado por ese momento de enojo e irritable cuando no hemos comido a nuestras horas. Este estado de ánimo tiene una explicación científica que se va de la mano con el cerebro.  

 

La relación entre el hambre y el cerebro 


Cuando estamos hambrientos, el nivel de glucosa en nuestra sangre disminuye. La glucosa es una fuente crucial de energía para nuestro cerebro, y cuando sus niveles caen, nuestro cerebro percibe una amenaza a su suministro de energía. 


Esta situación activa la liberación de hormonas del estrés, como el cortisol y la adrenalina, que pueden contribuir a sentimientos de irritabilidad y ansiedad. 


Estado emocional con el hambre 


Además de los efectos físicos, el hambre también puede afectar nuestro estado emocional.  Esto se debe por la falta de glucosa que dificulta al cerebro regular las emociones, provocando una mayor sensibilidad de estímulos negativos. 

 

Esto dice la ciencia sobre el hambre 


Investigaciones recientes han confirmado que el hambre no solo afecta nuestro estado de ánimo, sino que también influye en nuestras interacciones sociales. 

Un estudio publicado en la revista Emotion encontró que las personas hambrientas son más propensas a interpretar las situaciones de manera negativa y a reaccionar de manera más agresiva frente a conflictos. 


¿Cómo evitar el mal humor por hambre? 


Para dejar de estar con un mal humor por hambre en donde estemos, es recomendable mantener niveles estables de glucosa en la sangre. Esto se puede lograr mediante la ingesta regular de alimentos que proporcionen una liberación constante de energía, como carbohidratos complejos, proteínas y grasas saludables. 


Por otro lado, es necesario escuchar las señales de nuestro cuerpo y no esperar hasta estar extremadamente hambrientos para comer, esto puede ayudar a mantener el equilibrio emocional. 


La ciencia nos muestra que el mal humor por hambre es una reacción natural de nuestro cuerpo y cerebro a la falta de energía. Al entender este fenómeno, podemos tomar medidas para evitarlo y mantenernos en un mejor estado de ánimo a lo largo del día.  


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