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La ciencia en búsqueda de nuevos métodos para combatir la depresión

Redacción Mayte Mendoza Cerón ANCOP



La depresión como enfermedad crónica caracterizada por un bajo estado de ánimo persistente, quienes la padecen, tras sufrir un primer episodio que llega a alterar sus vidas cotidianas, suelen recaer.


Cerca de la mitad de las personas que han pasado por esta enfermedad, la padecen más de una vez.


A varios pacientes, esta afección les acompaña de por vida. Solo en la Unión Europea, el 7,2 % de la población sufre de depresión crónica y, en el caso de las mujeres, el riesgo se multiplica por cuatro.


Mientras, por parte de la comunidad médica y científica se está trabajando para mantener la epidemia global bajo control, una de las ideas que va tomando más fuerza, es detectar de forma temprana aquellos que estén en riesgo de sufrir depresión, con ello se protegerá la salud mental futura.


Eiko Fried, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Leiden, en Países Bajos, explica que “se está haciendo cada vez más patente que un primer episodio de depresión es el desencadenante de un segundo episodio, por lo que desde un punto de vista científico, existe la probabilidad de que al prevenir el primer episodio se evite el siguiente”


Fried también es el investigador principal de WARN-D, un proyecto financiado por la UE con el objetivo de predecir quién corre el riesgo de “caer en el pozo” para después crear un programa personalizado para evitarlo. El proyecto empezó en 2021 y se extenderá hasta 2026.


Ya existen programas de prevención, que incluyen las intervenciones psicológicas dirigidas a fomentar resiliencia, estas solo funcionan cuando el riesgo de parecer algún episodio depresivo se logra identificar a tiempo. WARN-D es el primer estudio que intenta desarrollar un sistema fiable de alerta precoz.


Consistirá en una aplicación para teléfonos inteligentes capaces de monitorizar la salud mental de algún usuario en tiempo real y combinar esta información con los datos de su entorno social psicológico y biológico, con el objetivo de detectar el momento en que esa persona está llegando a su límite personal, el momento crítico en el que la acumulación de problemas la pondrían en riesgo de derrumbarse.


La aplicación se comenzará a desarrollar en los próximos dos años ya que primero, el equipo investigador tiene que analizar enormes cantidades de datos en busca de rasgos comunes entre las personas propensas a la depresión.


Cómo objetivo, agruparán a las personas según un conjunto complejo de rasgos que incluyen la personalidad; extrovertida e introvertida, algunos de los factores que han catalizado el desarrollo de su trastorno y la capacidad innata de una persona para recuperarse de los contratiempos.


Es probable que los distintos grupos no respondan a la misma intervención, por lo que el programa preventivo debe adaptarse a cada grupo para que los resultados sean positivos.

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