Descansar junto a tu mascota después de un día agitado es un placer indescriptible, pero ¿realmente es beneficioso tanto para ti como para tu compañero peludo? Este tema genera opiniones encontradas entre los dueños de mascotas y los expertos en salud, quienes resaltan tanto las ventajas como las posibles desventajas de esta práctica.
Según datos de la Asociación Americana de Productos de Mascotas, aproximadamente el 41% de los dueños de perros de tamaño pequeño a mediano en Estados Unidos comparten la cama con sus peludos amigos. En contraste, en países como el Reino Unido o España, esta cifra es significativamente menor, rondando el 20% o incluso menos, lo que refleja diferencias culturales y sociales en este hábito.
Entre los beneficios, se destaca el bienestar emocional que proporciona la compañía de un perro, reduciendo el estrés y contribuyendo a conciliar el sueño de manera más rápida y placentera. La cercanía física con la mascota también estimula la liberación de oxitocina, la "hormona del amor", fomentando la felicidad y fortaleciendo el vínculo emocional entre humano y canino. No obstante, también se deben considerar los posibles riesgos para la salud, como la transmisión de microorganismos y enfermedades zoonóticas.
El impacto en la calidad del sueño puede variar según cada situación. Algunas personas encuentran que la presencia de su perro en la cama puede interrumpir su descanso, especialmente si el perro es grande o un cachorro enérgico. Sin embargo, para muchos dueños, el afecto y la compañía de su mascota superan cualquier molestia nocturna.
Si decides permitir que tu perro duerma contigo, es importante establecer límites claros, mantener la higiene tanto del animal como del espacio de descanso, y estar atento al comportamiento de tu mascota para detectar cualquier señal de estrés o ansiedad. En última instancia, la decisión de compartir la cama con tu perro depende de tus preferencias personales y de los cuidados que puedas brindar tanto a ti mismo como a tu fiel compañero peludo.