Las enfermedades neurológicas se posicionan como la principal causa de mala salud a nivel global, superando incluso a los problemas cardiovasculares, según un estudio reciente publicado en la revista The Lancet Neurology. Este estudio revela que alrededor de 3.400 millones de personas en todo el mundo, lo que representa el 43% de la población mundial, sufren alguna dolencia del sistema nervioso como demencias, ictus, migrañas o trastornos del espectro autista.
El informe resalta que en las últimas tres décadas ha habido un aumento significativo tanto en el número de personas que viven con estas patologías como en las que fallecen a causa de ellas. Este incremento se atribuye al envejecimiento de la población y a factores ambientales, metabólicos y de estilo de vida poco saludables que incrementan el riesgo de padecer estas enfermedades, especialmente ictus y demencias.
Las enfermedades neurológicas abarcan una amplia gama de patologías, cada una con características específicas en cuanto a diagnóstico, tratamiento y atención sanitaria. El estudio señala que estas enfermedades causaron más de 11 millones de muertes en 2021 y contribuyeron significativamente a la pérdida global de calidad de vida, según el Estudio de carga global de enfermedades.
Uno de los aspectos destacados del estudio es la inclusión de patologías limítrofes con otras áreas, como trastornos del espectro autista y trastorno por déficit de atención e hiperactividad, así como los nuevos fenómenos neurológicos asociados a la COVID-19 y otros virus, como el zika. Esto subraya la complejidad y la importancia de abordar estas enfermedades de manera integral.
Los investigadores también destacan las diferencias en el impacto de estas enfermedades según la región y la edad. Los países de ingresos más bajos se ven más afectados, especialmente por enfermedades como el ictus, encefalopatías neonatales, migrañas, demencias y neuropatía diabética. Por otro lado, las regiones de altos ingresos enfrentan desafíos diferentes, con menor prevalencia de algunas patologías pero una mayor atención a las enfermedades asociadas al envejecimiento.
Ante este panorama, los expertos hacen un llamado a implementar políticas públicas y asignar recursos adecuados para abordar la creciente demanda de atención sanitaria relacionada con estas enfermedades neurológicas. Además, enfatizan la importancia de la prevención, destacando que muchos de los factores de riesgo asociados a estas enfermedades son prevenibles mediante un estilo de vida saludable que incluya ejercicio físico, buenos hábitos de sueño y una alimentación adecuada.
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