La agenda política del país o, dicho de otra forma, los temas públicos a discutir se fijan todas las mañanas desde hace 52 meses y contando. Por otra parte, faltan escasos 2 meses para una de las elecciones estatales más emblemáticas de los últimos tiempos por tratarse de dos entidades de los últimos bastiones que ha conservado el PRI con esa nomenclatura, en uno de esos casos, la entidad con mayor padrón electoral en el país, más de 12.7 millones de ciudadanos inscritos ante el INE. También hay que resaltar que estamos a menos de 14 meses para que se lleve a cabo la elección más grande y trascendente que se vaya a operar en este país, con un proceso electoral complejo, un plan B en revisión por parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación -suspendido de momento-, un INE en recomposición a partir del 4 de abril, con una sociedad polarizada, partidos políticos divididos en dos, por un lado, el ala de lo que se entiende es la “oposición”, del otro lado, un partido dominante, con alianzas que han demostrado algunos quiebres, como en Coahuila o en el ámbito nacional, segmentos de partidos aliados impulsando desde el ánimo oficial personajes diferentes para 2024, con presidencias de partidos políticos que quieren conservar por más tiempo el poder y un ingrediente adicional, una economía sensible -tradición obligada en México- a las crisis internacionales.
Los partidos políticos en nuestro país se encuentran desdibujados, tal parece que sólo pretenden ser intocables ante una revisión constitucional de las autoridades jurisdiccionales, la posible violación de los derechos político-electorales a sus propios militantes sin un medio de control constitucional implicaría ya al nivel de una iniciativa de reforma a la Constitución, que hay quienes se erigen por encima de la propia Norma Fundamental, esa agenda sí les interesa y por otra parte muchos aspirantes a postularse en su momento a una precandidatura desde la oposición, pasan buena parte de su tiempo, comentando lo que en su opinión dibuja los errores en la gestión del presidente de la República y piensan que de esa forma, van a legitimarse en su interés por ser postulados a una precandidatura, cuando lo único que hacen es girar en los temas que al Titular del Ejecutivo le interesan.
La llamada “oposición” en estridencia dividida, muestra liderazgos desgastados y se ha encontrado una argumentación justificada en la autoridad del pueblo, que no ha encontrado respuesta pero que tampoco se puede acreditar: el discurso del pueblo de México debe dejar de ser rehén de política rancia y en su lugar, se deben diseñar políticas públicas que realmente generen mejores condiciones para el desarrollo del país.
Quienes tienen interés en ser postulados a la presidencia por parte del oficialismo, muestran a un presidente infalible que cumple sus promesas y más allá de ellas, navegan entre los escándalos y hablan de los enemigos de la transformación, ignoran todo aquello que muestre corrupción presente y de igual forma, le dan poder al pueblo, quizá ignorando por un momento, que hay millones de personas que no simpatizan con la oposición, pero tampoco con una transformación que sigue mostrando innegables realidades de corrupción.
Algunos partidos y líderes sociales han comprado el plan estratégico de la comunicación política que ha impulsado el Gobierno Federal, todo ha sido consecuencia y reacción, no se han planteado una lucha meritoria a partir de sus principios y programas de acción o de propuestas inteligentes de trabajo. No se ha logrado posicionar un sólo artífice de la oposición que encabece un movimiento estatal, ya no se diga nacional.
Los liderazgos aislados de los cuales se tiene referencia son Gobernadores que tienen voluntad y freno, voluntad porque intentan demostrar que las entidades que gobiernan tienen diferencias con el Gobierno Federal y freno porque para emprender muchas acciones que pueden evidenciar esas diferencias, requieren presupuesto y si les cierran la llave, el resultado de su gestión será poco generoso para sus intereses.
Para ganar una elección en 2024, los partidos políticos tendrán que generar la agenda del país, una agenda activa y no reactiva, que sea eficaz ante los graves problemas que vive México, que no representen promesas vacías que al paso de un tiempo generen contradicciones, se debe edificar y no destruir, dejar de atacar y salir de la polarización, unir fuerzas para sentar las bases de un México mejor, todos los partidos políticos tienen bueno y malo, todos han generado resultados positivos y negativos, ninguno ha sido absoluto en su actividad política, se deben construir espacios para generar alianzas inteligentes que den oportunidad a buscar equilibrios al poder absoluto que poco ayuda al desarrollo del país.
Necesitamos talento político para que fuera de los programas sociales que por derecho humano tienen las personas, se sustenten realmente propuestas que le den herramientas a las personas que menos tienen para elevar su nivel de vida, en el contexto económico, social y por supuesto intelectual.
Nos merecemos un México productivo y seguro, un México brillante ante el resto de los países con una visión moderna de su desarrollo, nos merecemos trabajar para ser generadores de riqueza con una visión de éxito y no de igualdad en la pobreza, con sanos equilibrios porque las mexicanas y mexicanos somos mucha pieza.
Mtro. Antonio Horacio Gamboa Chabbán
Presidente del Colegio de Abogados de América Latina COTAL, AC
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