¿Quién no conoce al Sr. Scrooge? Aquel hombre avaro, metido en su trabajo y con pobres relaciones personales, personaje principal del cuento clásico de esta temporada decembrina de Charles Dickens: “Cuento de Navidad”.
Recientemente me encontré con él a partir de una versión para niños que nos compartió la maestra de mi hijo mayor y me quedé reflexionando lo que ahora, con pretexto de las fiestas navideñas, quiero compartir en estas líneas.
El Sr. Scrooge, a partir de la visita de unos fantasmas quienes le llevan a visitar tres momentos diferentes de su vida, tiene la oportunidad de darse cuenta de los errores que ha cometido y “cambiarlos” antes de que sea demasiado tarde.
Si a ti te visitarán estos fantasmas ¿qué encontrarías de ti?, ¿notarías que hay algo qué cambiar? Pasado el susto de la visita sobrenatural, ¿qué podrías recordar de las fiestas decembrinas pasadas?
Es sabido que estas fechas generan una carga extra de estrés por diferentes razones (de las cuales no vamos a hablar aquí); sin embargo, seguro encuentras algunos momentos y personas valiosas dignos de recordar que te hagan “fuerte” cuando, por las circunstancias, se necesite un poco más de esperanza, alegría o fe.
¿Qué pasaría si, con toda la claridad, pudieras ver aquello que estás haciendo que no te permite despegar y ser feliz? Y es que a veces estamos tan metidos en lo “nuestro” que no hacemos el ejercicio de ser el “observador” y “mirarnos desde afuera”, sin agregar juicios ni culpas: sólo darnos cuenta de eso que hacemos en el presente.
Y de seguir por este camino, siendo como ahora somos, ¿a dónde podríamos llegar?, en realidad y con contundencia no lo sabemos, pero creo que nuestra imaginación puede armar distintos escenarios con lo que hasta el momento conoce, incluyendo lo que el entorno sobre otras experiencias nos regala, y se puede hacer una proyección. ¿Te gusta lo que ves?
No es necesario tener un ultimátum y que te digan “pues hasta aquí tu experiencia en esta vida”, para encontrar en el pasado lo que es necesario dejar ir para ser libres, lo que es un tesoro y debemos preservar, para mirarnos y evaluar lo que necesitamos ajustar, mejorar y sobre todo para exprimir cada minuto de nuestra existencia en ser mejores para nosotros y los que nos rodean, para producirnos y regalarnos una vida digna, feliz y bonita.
Ningún fantasma te visitará hoy, pero ¿qué podrías hacer diferente en tu presente que pueda tener tanta energía para cambiar tu futuro?
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