Redacción Frida
Un descubrimiento en el púlsar de Vela, una estrella de neutrones giratoria a 936 años luz de la Tierra, ha desafiado las teorías existentes sobre estas misteriosas estrellas. Científicos han detectado emisiones de radiación gamma en torno a 20 teraelectronvoltios (TeV), lo que es unas 10 billones de veces más energético que la luz visible del Sol. Este hallazgo sugiere un mecanismo de aceleración de partículas más allá de la magnetosfera de la estrella, lo que podría abrir nuevas puertas en la comprensión de la radiación y la materia en condiciones extremas.
Los púlsares, estrellas de neutrones rotantes, son objetos celestes fascinantes que emiten pulsos de radiación a intervalos regulares debido a su rápido giro y fuertes campos magnéticos. El púlsar de Vela, en particular, es conocido por su alta emisión de rayos gamma. Sin embargo, el descubrimiento de emisiones en el rango de 20 TeV, mucho más allá de lo que se creía posible, desafía las teorías actuales y plantea preguntas intrigantes sobre los mecanismos que impulsan estas emisiones extremadamente energéticas. Este hallazgo podría tener implicaciones importantes para nuestra comprensión de los fenómenos astrofísicos extremos.
Un equipo internacional de investigadores utilizó telescopios del Sistema Estroboscópico de Altas Energías (HESS) en Namibia para estudiar el espectro de rayos gamma del púlsar de Vela. Observaron emisiones en el rango de 20 TeV, mucho más allá de lo que se había observado previamente en otros púlsares. Este comportamiento inusual plantea preguntas sobre los mecanismos de aceleración de partículas en estas estrellas y la interacción de la radiación con la materia en condiciones extremas.
Este hallazgo proporciona una oportunidad única para estudiar procesos extremos de aceleración de partículas en ambientes altamente magnetizados, que son difíciles de replicar en laboratorios terrestres. Aunque se necesita más investigación y observaciones, este descubrimiento podría abrir nuevas perspectivas en la comprensión de los púlsares y otros fenómenos astrofísicos extremos. La construcción de conjuntos de telescopios como el Cherenkov Telescope Array (CTA) en Canarias y Chile permitirá investigaciones más sensibles en el futuro.
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