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Hallan pepinos de mar en el Templo Mayor


Un equipo de biólogos de la UNAM, determinó que algunas ofrendas encontradas en las investigaciones del Proyecto Templo Mayor en Tenochtitlán en 2006, habría contenido pepinos de mar, que se recogieron junto a otras piezas en una ofrenda muy importante por su riqueza y tamaño, dedicada a la diosa Tlaltecuhtli, la diosa de la Tierra.


El hallazgo fue en el fondo de la ofrenda recuperada en el Centro Ceremonial de los Aztecas, en la ciudad de México, donde había una importante cantidad de restos pulverizados.


Se piensa que los sacerdotes consagraron el monolito de la diosa Tlaltecuhtli, precisamente con esa ofrenda hace más de 550 años.


Esta pieza espectacular está esculpida en andesita rosada y pesa aproximadamente 12 toneladas. Se le consideraba la diosa de la Tierra y la fertilidad. Tardaron más de dos años en llegar a ellas y encontraron una ofrenda riquísima por su contenido, con miles de objetos, sobre todo restos de animales, muchos marinos.


El director del Proyecto Templo Mayor, Leonardo López Luján, recordó que la ofrenda era la más rica y diversa encontrada hasta entonces, y que está dedicada al monolito mexica más grande encontrado, sólo superado por la Piedra del Sol o Calendario Azteca y la Coyolxauhqui. Se ubicaba frente a las escalinatas del Templo Mayor.


Un equipo de biólogos tomó muestras del polvo y en el microscopio encontraron una espícula, partícula microscópica que da estructura al pepino de mar. Esto se ha calificado como un gran acontecimiento científico, ya que es la primera vez que aparecen restos de pepinos de mar en una excavación arqueológica en el mundo.


Los pepinos de mar son considerados un alimento de nivel social muy alto. En Asia, la gente consume especies exóticas de pepinos de mar de otros países. En China, un kilo puede llegar a costar 1,500 euros, si se trata de la especie deseada.

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