Redacción Marlone**
En el marco del Día Mundial de los Animales, es imperativo reflexionar sobre las implicaciones éticas y ambientales que conlleva nuestra elección de productos de origen animal como parte de nuestra alimentación. En un mundo donde la producción en masa y el comercio global son dominantes, miles de millones de animales viven una realidad marcada por la explotación y el sufrimiento en granjas intensivas.
Granjas industriales son el escenario donde estos seres vivos son criados, engordados y explotados en busca de beneficios económicos a costa de su carne, leche y huevos. Sus vidas, que en muchos casos son efímeras (las aves son sacrificadas a tan solo 48 días de vida), transcurren en condiciones deplorables de confinamiento, donde prácticas que deben ser consideradas tortura, mutilaciones, embarazos forzados y la separación de crías, huevos, semen y leche son moneda corriente.
Incluso el pescado no escapa a esta realidad, ya que muchas veces se cría en granjas industriales, y aunque se argumenta que esto disminuye la presión sobre las poblaciones silvestres, aún se extraen peces de los océanos para alimentar a los peces de cultivo.
La directora de GenV en México, Jessica González Castro, una defensora del antiespecismo y promotora de un mundo más compasivo, enfatiza que la crueldad animal es una práctica innecesaria que contradice los valores de compasión y ética en la sociedad. Su organización, GenV, una entidad sin fines de lucro, busca promover un sistema más saludable, sustentable y justo para todas las especies que habitan el planeta. Su visión es que todas las criaturas merecen ser tratadas con respeto y consideración, y que la explotación animal no solo es injusta, sino también evitable. Invita a todas las personas a avanzar hacia un futuro más compasivo y consciente, donde cada ser vivo tenga la oportunidad de vivir una vida libre de sufrimiento.
Poner productos de origen animal en el plato no solo prolonga el sufrimiento impuesto por las industrias cárnica y láctea, sino que también representa una amenaza para el medio ambiente. Según el último informe de Planeta Vivo, se ha registrado una disminución promedio del 69% en las poblaciones de vida silvestre monitoreadas entre 1970 y 2018. Este preocupante declive se atribuye a cambios en el uso del suelo, la sobreexplotación de la flora y la fauna. , el cambio climático, la contaminación y la introducción de especies exóticas invasoras. Esta situación genera una doble crisis: climática y de biodiversidad.
Ante este panorama, GenV promueve un desafío de 7 días sin productos de origen animal, con asesoramiento gratuito a través de su página web. Reconocen que el cambio debe ser colectivo, en beneficio de todas las especies y del planeta en su conjunto. Es un llamado a la reflexión sobre nuestros hábitos de consumo y una oportunidad para tomar decisiones éticas y sostenibles que respetan todas las formas de vida en la Tierra.
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