Redacción Frida
Las temperaturas récord en el mundo también afectan a los océanos, con el Atlántico Norte alcanzando un récord de 25°C en julio pasado, casi 1°C más cálido que el máximo anterior en 2020.
Investigadores del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA atribuye este aumento a las emisiones de gases de efecto invernadero y la disminución de nubes conocidas como huellas de barcos.
Las regulaciones de la Organización Marítima Internacional (OMI) redujeron la contaminación de azufre de los barcos en un 80 por ciento, mejorando la calidad del aire en todo el mundo. Sin embargo, también disminuyeron la formación de estas nubes reflectantes que ayudan a enfriar el planeta. Expertos afirman que este cambio en las nubes podría ser una oportunidad para estudiar la geoingeniería en acción y que, si se quisiera, podría utilizarse para reducir significativamente la temperatura del planeta.
El impacto de la contaminación en las nubes es una fuente de incertidumbre en el calentamiento global. Las investigaciones sugieren que las regulaciones de la OMI han contribuido al calentamiento en regiones de tráfico marítimo denso como el Atlántico Norte.
Los científicos están estudiando cómo la contaminación y las nubes interactúan y su impacto en el clima bajo el programa de investigación de geoingeniería de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos.