obra en pro de la sostenibilidad ambiental
Redacción Laura García Rivas ANCOP
Hasta hace algunos años el Caribe Mexicano albergaba uno de sus grandes tesoros, situado a aproximadamente a 40 kilómetros al norte de la capital “Chetumal”, su nombre: Bacalar. Pero tras ser declarado Pueblo Mágico por la Secretaría de Turismo, la popularidad de este aumentó considerablemente y con ello su afluencia turística, provocando consecuencias positivas para algunos, pero negativas para la naturaleza.
Un pueblo con una infraestructura para 41 mil 754 habitantes, esto según datos del INEGI del 2020, recibe aproximadamente 180 mil turistas –y ni hablar de las proyecciones de 300 mil turistas al lugar gracias al Tren Maya-, provocando que la industria hotelera haya aumentado hasta un 280 por cierto y las ofertas mediante plataformas como Airbnb un 400 por cierto.
Ante el evidente crecimiento y la falta de infraestructura para atender las necesidades de todos los que llegan, sin mencionar, la insuficiencia para atender la de los habitantes, los residentes de la zona se ven preocupados por los impactos a la naturaleza, pues, una de las problemáticas más evidentes es la falta de alcantarillado, provocando constantemente desbordamientos que acaban en la Laguna de los 7 Colores.
Pero… ¿por qué es tan importante este tema? Las aguas negras o residuos fecales, potencian la proliferación de microalgas y otros organismos que obstruyen la luz y que, además, son infecciosos tanto para el ser humano como para las diferentes especies que habitan en la laguna, por ejemplo, los estromatolitos.
Es por ello que diversas asociaciones ambientalistas, han puesto manos a la obra para medir constantemente el nivel de residuos fecales para poder garantizar a los turistas calidad de agua en la laguna.
Otra de las problemáticas que asechan a Bacalar es la falta de energía y basta con visitar los distintos lugares y observar que la potencia en la luz cambia constantemente e incluso los mismos locatarios comentan que en algunos negocios han tenido que poner sus propios transformadores para poder satisfacer sus necesidades, destacando que, aunque el gobierno local implementa medidas y apoya en todas estas problemáticas faltan muchas más manos y recursos para lograr el bienestar de Bacalar.
La fauna también se ve envuelta en estás problemáticas, pues existe gran venta de los llamados “animales exóticos” así como de plumas de aves, colmillos, por mencionar algunos.
Hasta hace algunos meses Bacalar enfrentaba una disminución importante de caracoles chivitas debido a la contaminación que enfrentaba la laguna, pues tanto estos animales como los estromatolitos están acostumbrados a ambientes limpios.
El crecimiento turístico en Bacalar no ha estado de la mano con el crecimiento de la infraestructura, provocando insuficiencia para satisfacer las necesidades y desde luego para cuidar la naturaleza del lugar; Bacalar, sus visitantes y aledaños deben poner manos a la obra para poder seguir contrarrestando todos los efectos negativos en su entorno.
¿Cómo se pueden contrarrestar efectos negativos?
Como visitante, investiga de las actividades que contribuyen y están en pro del cuidado de Bacalar, ingiere alimentos en establecimientos sostenibles, hospédate en lugares no sólo comprometidos con tu comodidad sino también con el medio ambiente y consulta el manual de las buenas prácticas.
Como negocio o locatario, implementa medidas sostenibles que ayuden y beneficien el ecosistema de Bacalar.
¡Con pequeñas acciones se logran cambios impresionantes!