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Falseó datos de estudio de primates y no hay consecuencias

NOTA

Redacción José Manuel Rueda ANCOP



Aunque Deepak Kaushal, director del Centro Nacional de Investigación de Primates del Suroeste (SNPRC) de Estados Unidos, fue encontrado por la Oficina de Integridad de la Investigación (ORI), culpable de mala conducta por “falsificar y fabricar intencionalmente, a sabiendas y/o imprudentemente”, datos en un estudio con monos, que se publicó en un documento y dos solicitudes de subvención, el SNPRC ha hecho caso omiso.


La decisión del SNPRC de retener a su director con todas sus funciones a pesar de lo descubierto el miércoles por Retraction Watch, ha generado fuertes opiniones de la comunidad científica.

“Es decepcionante que no haya consecuencias reales”, dice JoAnne Flynn, microbióloga de la Universidad de Pittsburgh que estudia la tuberculosis en monos, el tema del estudio de Kaushal. Le preocupa que el caso y la falta de acción de SNPRC alimenten las dudas del público sobre la investigación con animales. “Es malo para el campo”, dice ella.


“Ya hay mucha desconfianza hacia la ciencia”, de acuerdo con una nota de la revista Science.

ORI no tiene voz sobre el empleo de Kaushal en SNPRC, que tiene su sede en San Antonio, Texas. Un vocero oficial de SNPRC señaló que Kaushal “es un director destacado y transformador de SNPRC y el hallazgo de mala conducta no está directamente relacionado con sus funciones de liderazgo administrativo ni las afecta”.

Kaushal y sus colegas realizaron un estudio en febrero de 2020, cuando trabajaban en el Centro Nacional de Investigación de Primates de Tulane, y era entonces el director del Centro de Investigación de la Tuberculosis.


El caso de mala conducta

se deriva de este estudio que probó si una combinación de dos medicamentos podría eliminar la tuberculosis bacterial de monos con infecciones, pero sin síntomas.

Los científicos informaron que trataron a siete monos y luego infectaron a estos animales y siete controles con el virus de la inmunodeficiencia de los simios, que está estrechamente relacionado con el VIH en humanos y reactiva la tuberculosis.


Los síntomas de tuberculosis no regresaron en ninguno de los animales tratados, informó el equipo, pero la mayoría de los controles volvieron a contraer la enfermedad.

La investigación de la ORI, iniciada en respuesta a una denuncia anónima presentada a fines de 2020, encontró varios problemas con el estudio. Un mono del grupo de control fue tratado con la combinación de medicamentos, por ejemplo. ORI también descubrió que el equipo “falsificó y fabricó” la cantidad de dosis de medicamentos que se administraron a los animales, cuándo se administraron estas dosis y varios otros aspectos del trabajo.


Aun así, muchos en el campo se preguntan si Kaushal debería seguir siendo el director de SNPRC, que recibe alrededor de 10 millones de dólares en fondos federales por año y alberga a unos dos mil 500 titíes, babuinos y macacos.


“Todos los científicos deben estar sujetos a altos estándares éticos. Pero nosotros que trabajamos con primates no con humanos debemos cumplir con los más altos estándares éticos”, agrega Eliza Bliss-Moreau, quien estudia la neurobiología de las emociones en monos en el Centro Nacional de Investigación de Primates de California, Estados Unidos. “Somos administradores de la ciencia, pero también somos administradores de los monos”.

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