En un fallo que ha sacudido los cimientos legales en Alabama, la Corte Suprema del estado ha determinado que los embriones congelados deben ser considerados como niños, otorgándoles protección legal bajo la Ley de Muerte Injusta de un Menor. Esta decisión histórica ha provocado un debate sobre su posible impacto en los tratamientos de fertilización in vitro (FIV) en el país.
La FIV ha sido una tecnología revolucionaria en el ámbito de la reproducción asistida, con aproximadamente el 2% de los nacimientos en Estados Unidos siendo resultado de este procedimiento, según el Dr. Zev Williams, director del Centro de Fertilidad de la Universidad de Columbia. Más de 8 millones de bebés han nacido gracias a esta técnica, que implica la extracción de óvulos de la mujer, su combinación con esperma en un laboratorio, y posterior implantación.
Sin embargo, la Dra. Eve Feinberg, profesora asociada de obstetricia y ginecología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern, advierte que solo entre el 25% y el 50% de los embriones fertilizados se desarrollan lo suficiente como para ser considerados viables, y su probabilidad de convertirse en bebés varía según la edad de la paciente.
La FIV, inicialmente diseñada en la década de 1970 para superar problemas de bloqueo en las trompas de Falopio, se ha expandido para abordar una variedad de problemas de fertilidad, desde abortos recurrentes hasta infertilidad masculina y fallas en otros tratamientos. La Dra. Mamie McLean, especialista en infertilidad de Alabama Fertility, subraya que la FIV es uno de los tratamientos más exitosos disponibles para estas situaciones.
El congelamiento de embriones desempeña un papel crucial en estos procedimientos, permitiendo pruebas genéticas y preservación para futuras transferencias, lo que aumenta la seguridad tanto para la paciente como para el bebé. Además, las parejas pueden optar por congelar embriones por razones médicas o personales, como antes de someterse a quimioterapia o si no planean concebir de inmediato.
El fallo de la Corte Suprema de Alabama ha generado preocupaciones sobre su posible impacto en los tratamientos de reproducción asistida. A pesar de las advertencias sobre posibles complicaciones éticas y morales, la FIV sigue siendo una herramienta valiosa para muchas parejas que buscan superar desafíos reproductivos. Las decisiones sobre el uso y disposición de los embriones son consideraciones personales que las parejas discuten con sus médicos antes de embarcarse en tratamientos de fertilización in vitro.
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