En un contexto donde el flujo migratorio sigue siendo una realidad en México, diversas empresas han tomado la iniciativa de ofrecer empleo formal a aquellos que se encuentran en esta situación, contribuyendo así a su integración y bienestar en el país. Firmas de sectores como la hospitalidad, el retail y la manufactura se han sumado a esta causa, reconociendo en el fenómeno del nearshoring una valiosa oportunidad.
Según datos de la Secretaría de Gobernación (Segob), entre enero y noviembre del año pasado, más de 600 mil personas llegaron a México de manera irregular. Ante esta realidad, algunas empresas han empezado a dar pasos concretos para brindar empleo formal a quienes atraviesan el territorio mexicano.
Una de estas empresas pioneras es Fomento Económico Mexicano (Femsa), que desde 2019 trabaja en colaboración con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), con el objetivo de ofrecer oportunidades laborales a refugiados. Esta iniciativa, que comenzó en Monterrey, Nuevo León, se ha extendido para incluir a personas en situación migratoria.
De acuerdo con el reporte anual 2022 de Femsa, la empresa dio empleo a mil 492 personas en situación de refugio o migrantes procedentes de diversos países como Honduras, Haití, Cuba, El Salvador, Guatemala, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Colombia y Uruguay.
Sin embargo, Femsa no está sola en este esfuerzo. En 2016, surgió en Estados Unidos Tent Partnership for Refugees, una red enfocada en proporcionar empleo a refugiados y migrantes a nivel mundial. Esta organización ha impactado positivamente a cerca de 36 millones de personas y, recientemente, lanzó su vertiente en México con la participación de más de 40 empresas.
Gideon Maltz, CEO de Tent Partnership for Refugees, destacó en una entrevista con MILENIO que México es un país relevante para esta iniciativa debido a la gran cantidad de refugiados y migrantes presentes, así como a la escasez de mano de obra. Maltz resaltó que empresas de diversos sectores, como la hospitalidad, el retail y la manufactura, están liderando este cambio, aprovechando también las oportunidades que ofrece el fenómeno del nearshoring.
Para obtener un empleo formal en México siendo migrante, se requiere tener un estatus migratorio regular, según compartió Maltz. Aunque el proceso puede no ser sencillo, es factible para las empresas que estén dispuestas a hacerlo, lo que implica invertir en capacitación y adoptar sistemas y procesos de contratación de personal más formales.
La iniciativa de brindar empleo formal a migrantes y refugiados no solo beneficia a los trabajadores, sino también a las empresas que lo implementan. Además de contribuir a la integración y al bienestar de estas personas, estas acciones mejoran la reputación de las empresas ante los consumidores, según señaló Maltz, citando estadísticas que indican que un alto porcentaje de consumidores prefiere apoyar a empresas que tienen este tipo de iniciativas.
En conclusión, la colaboración entre el sector privado, organismos internacionales y el gobierno puede ser clave para generar oportunidades laborales para migrantes y refugiados en México, contribuyendo así a su integración y al desarrollo económico del país.