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Elecciones en EUA, un panorama inquietante



A solo 15 semanas de la fecha en la que nuestros vecinos del norte acudan a las urnas para elegir o reelegir al presidente de los EUA, las cosas no marchan del todo bien para Donald Trump. Según la más reciente encuesta de ABC News y Washington Post, el todavía virtual candidato demócrata, Joe Biden, aventaja por 15 puntos en las preferencias electorales al actual mandatario estadounidense, con 55 por ciento de respaldo entre votantes registrados, contra 40 por ciento que están a favor de la reelección del neoyorquino.


La aparición de la pandemia del nuevo coronavirus y el brote de protestas contra el racismo y la brutalidad policíaca, tras la muerte de George Floyd, en Minneapolis, pusieron a prueba la habilidad y sensibilidad de mando del presidente Trump, con malos resultados. En su particular estilo de gobernar, la soberbia lo supera todo y no está dispuesto a reconocer una realidad contraria a su concepción de gobierno.


En un ambiente candente por el asesinato del afro americano Floyd y ante los disturbios generados por este hecho, el presidente Trump habría tachado de débiles a los gobernadores, exigiéndoles ser más enérgicos para sofocar las protestas contra el racismo, a las que él calificara de “actos de terrorismo doméstico” y de “criminales”, a los activistas. Además de amenazar con desplegar a las fuerzas armadas para frenar las revueltas. Una aventurada afirmación que, por cierto, habría merecido una rápida respuesta en contra de la movilización de soldados en territorio norteamericano, por parte de su propio secretario de Defensa, Mark Esper, algo que no le ha de haber caído nada bien.


Y cuando en una entrevista le preguntaron al presidente porqué los afroamericanos siguen muriendo a manos de agentes del orden en EUA, un Trump, irritado, respondería que eran más los blancos que morían a manos de la policía, en un intento por minimizar las muertes de afrodescendientes.


En el caso de la pandemia, el mandatario-empresario tampoco sale airoso, con un desempeño que ha sido calificado de errático y caótico. La Unión Americana es el país con más contagios en el mundo, con 3.9 millones de casos y más defunciones, con 142 mil. Además, es en donde las infecciones están creciendo a un ritmo acelerado.


Ante esto, Donald Trump está en la negación, y se defiende, aduciendo que no se trata de su país, que está sucediendo “en muchos países, pero no hablan de ello en las noticias”. Y, de paso, nuestro comprensivo y respetuoso vecino, nos da un coscorrón, porque así es su naturaleza. “¿Por qué no hablan de México, que no nos está ayudando?” pregunta, y afirma que el muro que está construyendo ha frenado la entrada del Covid-19 desde México. Que, si no existiera, tendrían un problema mucho mayor con nuestro país. Pero los números lo contradicen, aunque él diga que el epidemiólogo de su Gobierno, Anthony Fauci, “es un poco alarmista.”


Para muchos norteamericanos, su presidente no ha estado a la altura de las circunstancias y, eso se ha reflejado en los sondeos, con una baja en su popularidad. No solo en las preferencias electorales lo rebasa su contrincante demócrata, también en su desempeño ante calamidades, de acuerdo a la encuesta citada. 54 por ciento considera que Joe Biden habría manejado mejor el tema de la pandemia, contra 34 por ciento a favor del presidente. Y, asimismo, en el caso de las movilizaciones contra el racismo, la opinión favorece al demócrata. 58 por ciento piensa que Biden puede manejar mejor los asuntos raciales, contra 33 por ciento, que cree en Trump.


El presidente Trump no está de acuerdo con lo que publican las encuestas a las que califica de defectuosas, por no consultar debidamente a los republicanos, y de falsas, porque “no estoy perdiendo”, alega. Sin embargo, algo percibe el republicano, que ha elevado el tono de sus ataques a su contraparte demócrata, ha planteado, sin fundamento, el riesgo de que haya fraude electoral vía la votación por correo y ha rechazado comprometerse, públicamente, a aceptar los resultados de las próximas elecciones, creando un ambiente denso, que empieza a preocupar a congresistas de su país, ante la posibilidad de un escenario en el que el candidato presidente no acepte su derrota.


Trump repite su estrategia. Hace cuatro años, también habría dicho que no se comprometía a aceptar los resultados de la elección si ganaba la candidata demócrata (Hillary Clinton). Esta nueva amenaza ya tuvo reacciones. La presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, declaró que, si Trump pierde las elecciones, tendrá que irse de la Casa Blanca, aunque no quiera. Por su parte el candidato Biden ha expresado su preocupación de que el presidente trate de robar la elección o que se niegue a dejar la presidencia si pierde.


Un escenario impensable, hasta hace pocos años, en el país que se consideraba ejemplo y guardián de la democracia en el mundo.

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