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El poder curativo del tacto y los abrazos según Julian Packheiser


El poder curativo del tacto y los abrazos según Julian Packheiser

 

Un reciente estudio encabezado por el neurocientífico Julian Packheiser de la Universidad Ruhr de Bochum, junto con colegas de instituciones alemanas y neerlandesas, ha desvelado la influencia positiva que tiene el contacto físico en la salud mental y física de las personas. En esta investigación exhaustiva, se examinaron diversas formas de intervenciones táctiles, tales como masajes y abrazos, revelando su potencial terapéutico tanto para individuos con trastornos mentales como para aquellos en buen estado de salud. 


Los hallazgos de este estudio destacan que las caricias y los abrazos pueden disminuir los indicadores de estrés en personas con depresión, además de contribuir al incremento de peso en recién nacidos que están en contacto directo con la piel de sus progenitores. Estos resultados respaldan la idea de incorporar estas "intervenciones táctiles" como parte integral de la terapia para una amplia variedad de condiciones, desde la ansiedad hasta la mitigación del dolor. 


En una entrevista, Packheiser subrayó la importancia de que el tacto sea deseado para obtener beneficios positivos. También enfatizó que no es necesario que este tipo de contacto provenga exclusivamente de profesionales de la salud, ya que el afecto y el contacto de personas cercanas, como amigos o parejas, pueden tener efectos similares. 


El estudio también abordó la preferencia innata de los bebés por el contacto físico con sus padres, atribuyendo estos efectos positivos a los fuertes lazos emocionales. Asimismo, se discutió la influencia de las diferencias culturales en la aceptación del tacto y su posible correlación con el bienestar de las sociedades. 

 

Un aspecto revelador fue la efectividad de las intervenciones táctiles a través de robots sociales o almohadas corporales, especialmente para personas que experimentan privación de contacto. Aunque estos descubrimientos plantean nuevas interrogantes en la investigación sobre el contacto físico, Packheiser resaltó que estas intervenciones no necesariamente deben ser costosas y que un simple abrazo afectuoso de un ser querido puede tener efectos similares a un masaje profesional. 


En conclusión, el estudio liderado por Packheiser y su equipo enfatiza la importancia del tacto y los abrazos como herramientas terapéuticas accesibles y efectivas para mejorar tanto la salud física como mental de las personas. Esto resalta la necesidad de seguir investigando en este fascinante campo emergente de la neurociencia táctil. 

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