El mayor logro del Fondo de Cultura Económica (FCE), cuando llega a la celebración de sus 90 años este martes, es ser popular a nivel de calle y que se le conozca hasta en la Sierra de Oaxaca, consideró su titular, Paco Ignacio Taibo II.
El historiador, en entrevista con La Jornada, destacó que, si le preguntas a alguien en Querétaro, Puebla o en la Sierra de Oaxaca sobre el Fondo, dice que sí lo conoce, que ayer pasó el Librobús. Uno nota un montón esta popularidad. Es el justo premio a nuestro esfuerzo.
Contó que en breve tendrá una reunión con la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, para definir cómo va a ser el fondo en su segunda etapa. Hay algunas ideas, pero no quiero adelantar gran cosa porque de esta larga conversación va a depender la programación del FCE y los esfuerzos mayores.
El director fue tajante en que el Fondo sí es muy Cuarta Transformación, muy con una lógica del libro para el servicio de la mayoría de la población. Cuidando la necesidad de que un catálogo como el nuestro esté en continua reimpresión, y al mismo tiempo es la colección Vientos del Pueblo, de millones de libros vendidos por ejemplar abajo de los 20 pesos.
Taibo II comentó que el balance de su administración es bueno: “hemos transformado el Fondo. Lo sacamos del mausoleo en el que se encontraba, del bisne y la lógica de favores; bajamos el precio de los libros, mejoramos las cadenas de distribución, llegamos a lugares donde no lo hacíamos y realizamos un trabajo muy sólido de fomento de la lectura y de comunicación.
Hoy, el FCE se comunica muy bien; cuando llegamos no había publicidad de sus libros, eran un comentario en algún periódico o suplemento cultural; ahora tenemos una maquinaria de difusión mediante la televisión pública.
Refirió que la red de clubes y salas de lectura ha crecido de manera sorprendente, lo cual implica un esfuerzo continuo para mandar los libros, hablando con sus integrantes y discutiendo la experiencia, porque es una red construida desde del fondo de la sociedad con voluntarios.
El también escritor matizó: “está bien la selección editorial que hemos hecho, pero podría ser mejor. Necesitamos más tiempo para leer, para entrar en contacto con publicaciones extranjeras. En algunos casos va muy bien y en otros hay que empujar más.
En el día a día siempre se ven los pequeños problemas y los detalles.
Se congratuló de la consolidación de un proyecto latinoamericano. Ya tenemos filiales o bien casas del Fondo o bien acuerdos o bien librerías a medias o bien convenios de distribución, pero ya estamos instalados en todo el mundo hispanohablante.
Señaló que existe un desgaste en el equipo que tenemos que resolver y renovar en los próximos meses. Habrá algunos cambios en el equipo, no fundamentales, pero sí para impedir que nos colguemos de una hamaca.
Actividades por el aniversario:
En torno a las actividades por el 90 aniversario, Taibo II explicó que tras “la Gran Venta Nocturna, muy potente, en la que vendimos 40 mil libros en dos días (el fin de semana pasado), tenemos un par de conferencias importantes sobre las dos figuras en el origen del fondo que nos producen un profundo respeto, el fundador Daniel Cosío Villegas y Arnaldo Orfila Reynal, mañana y el jueves.
Luego, una exposición que va a ser diferente (se inaugurará hoy en la librería Rosario Castellanos); curiosamente, va a ser de la ilustración en el Fondo, los cuadros, los dibujos que tenemos en nuestro archivo y biblioteca, que a lo largo de los años se volvieron importantes.
Para mostrar cómo es el FCE ahora, continuó Taibo II, pensaron en “poner 90 libros a mitad de precio hasta el 8 de septiembre, con el fin de establecer un carácter simbólico en la celebración: reforzar la idea a escalas nacional e internacional de que este sello es diferente y que somos una editorial que celebra, no subiendo los precios de un libro o lanzando un best seller internacional, sino poniendo 90 libros claves de su catálogo a mitad de precio”.
Entre los textos ofertados está Los condenados de la tierra, de Frantz Fanon. El narrador comentó que éste, junto con Escucha, yanqui, de Wright Mills, primer libro en favor de la revolución cubana escrito por un gringo, y Los hijos de Sánchez significaron la destitución de Gustavo Díaz Ordaz del proyecto Orfila, con el que me siento más identificado de la historia del FCE; admirable personaje y con una idea muy interesante de qué y cómo editar. Los tres títulos se relanzaron.
El funcionario reconoció que el Fondo es una editorial con objetos mercantiles: tenemos que producir, distribuir y vender libros, pero también es un proyecto social, y éste es el rejuego de equilibrios todos los días.
Concluyó: Estoy contento. ¿Estar otros seis años en esto? Pues me ofrecí voluntario. No lo hubiera hecho, porque luego en las noches tengo pesadillas: que debería estar escribiendo este libro y me despierto y estoy trabajando en el Fondo. Ese libro que debería escribir me va a tomar quién sabe cuántos años de mi vida en las noches.
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