Con una población cercana entre los 60 a 70 perritos, este albergue, en San Miguel Ajusco, en Tlalpan, busca promover adopciones, pues “siempre hay perritos que ayudar”, nos cuenta en la dueña del lugar, Deborah López Copp, quien nunca se cansa de recibir y atender perros que viven en situación difícil en las calles de la Ciudad de México.
En un terreno en el que le permitieron resguardar perros, hace todo lo posible por darles una vida agradable, y sobre todo, sana y libre de peligros callejeros.
ANCOP le preguntó ¿qué se necesita para tener un albergue de ese tipo?
Y sin pensarlo, contestó que “sinceramente muchas ganas, porque es muy dura esta labor, se necesita espacio, tiempo, y mucha ayuda. Mi refugio es muy austero, le falta mucho, pero amor cariño tienen; pero se necesitan materiales, medicamentos, croquetas, en fin, mucho apoyo”.
También recibe algunos apoyos voluntarios, ya sean de amistades o de vecinos, y que casi siempre son croquetas, Y desde la pandemia, a Deborah López se le ocurrió pedir donación de cosas para vender. Todo lo que ya no quieren o usan; me llega ropa, chácharas, muebles y tengo una tiendita en el refugio y eso nos ayuda mucho, porque en sí, una entrada segura no, no estoy constituida, soy independiente”, nos comenta con un dejo de resignación.
Quienes se dedican a recibir y ayudar a las mascotas que son abandonadas, señalan que el problema es serio, pues la gente adquiere una mascota por “capricho o para el regalito, y por ignorantes e inconscientes, creen que son peluches, y la falta de educación hace que prefieran deshacerse de ellos, abandonándolos en la calle.
¿Algún mensaje que quiera resaltar para la gente que nos sigue en los medios de ANCOP?
“Podría agarrar el micrófono, pero creo que es muy, muy importante esterilizar, eso es lo más importante y nunca abandonar”.
En otra entrega de esta charla, Deborah López nos muestra cómo son los gastos que deben cubrir, y algunos detalles de la maravilla que representa salvar la vida de un perrito abandonado.
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