Redacción Frida
A pesar de que el Mundial Femenil 2023 ha roto moldes al realizarse por primera vez en dos países, Australia y Nueva Zelanda, con una ampliación de equipos participantes de 24 a 32, México aún no figura en la historia relevante de este deporte. Esta omisión representa solo la punta del iceberg en cuanto a los desafíos que enfrenta el fútbol femenino en México y en el mundo.
A lo largo de los años, el fútbol, considerado tradicionalmente como un deporte masculino, ha sido escenario de discriminación hacia las mujeres. Esto se refleja en la falta de inversión en el desarrollo del deporte femenino, enfrentando estereotipos de género y prejuicios que han frenado su crecimiento.
A pesar de que se ha visto un aumento en la audiencia y la visibilidad del mundial femenil, aún hay quienes creen que el fútbol es exclusivo para hombres. Dirse Delgado García, defensa central de Pumas femenil, señala el cambio gradual: “Vamos rompiendo barreras, me tocó en la semana estar en Federación y ver una minoría de niñas, pero están”.
Otro problema persistente es la brecha salarial. Por ejemplo, Lionel Messi, nombrado el mejor futbolista por la FIFA en 2022, gana 64 veces más que Alexia Putellas, su contraparte femenina. Además, en México, las futbolistas enfrentan limitaciones para acceder a oportunidades y recursos que les permitan desarrollar su talento. La inversión insuficiente en infraestructura, la formación de entrenadores y programas de desarrollo ha frenado el avance del fútbol femenino en el país.
El reconocimiento y la visibilidad también siguen siendo desafíos significativos. Aunque las futbolistas han alcanzado logros impresionantes, sus esfuerzos a menudo pasan desapercibidos en comparación con sus homólogos masculinos.
Sin embargo, no todo es negativo. El fútbol femenino en México ha experimentado un crecimiento notable en años recientes. A pesar de los obstáculos, la selección nacional femenina ha logrado progresos significativos, participando en torneos internacionales. La lucha continúa para alcanzar la igualdad de oportunidades y el desarrollo sostenible del fútbol femenino en el país.