Omar Herrera Arizmendi y María Hanneman cuentan a MILENIO sobre la serie de conciertos que iniciará el día 16 y en el que la pianista estrenará dos piezas del compositor zacatecano.
Omar Herrera Arizmendi lanzó en 2019 en Houston la Ponce Project Music Foundation con la misión de rescatar música clásica del canon latinoamericano del siglo XIX y principios del XX, en particular de su tío bisabuelo, Manuel M. Ponce. Esto se traduce ahora en una serie de conciertos en Ciudad de México, donde 23 músicos interpretarán 243 obras del compositor para piano solo.
A partir del viernes 16 de agosto, se inicia en la capital el ciclo de 12 conciertos Ponce 243. Obra completa para piano (el primero se realizó en la Hacienda de Cortés en Cuernavaca el 28 de julio), que tendrá como sedes el auditorio Blas Galindo del Centro Nacional de las Artes (Cenart), la Capilla Lerdo de Tejada, la Biblioteca José Vasconcelos, la gala en el Anfiteatro Simón Bolívar del Palacio de San Ildefonso, y la clausura el 25 de agosto en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
Durante años buscó reunir a pianistas internacionales de varias generaciones, aunque con un enfoque de juventud, entre ellos: María Hanneman (18 años, la menor), Argentina Durán, Lina Morita, Gerardo Estrada, Bárbara Prado, Rodolfo Morales, Roberto Aust, Zhu Zhu, Tali Morgulis, Andrew Staupe, Rodrigo González Barragán, Fernando Saint Martin, Santiago Piñeirúa, Luis Osorio y Astrid Morales.
Herrera Arizmendi detalló que las 243 piezas que se interpretarán son para piano solo, entre las cuales se estrenarán siete.
“María Hanneman es la pianista más joven. Ella interpretará tres piezas, dos de ellas estrenos, dos danzas: Sonrisa y Suspiro, que hallamos publicadas en una revista de 1915, porque las partituras estaban perdidas. Los nombres de las danzas estaban en el catálogo de la obra de Ponce, pero nadie tenía las partituras, las hallé en una revista de mi tío bisabuelo José Braulio, hermano de Manuel, quien las guardó en su archivo por décadas. No podía creerlo. María las estrenará ahora”, dice en entrevista.
Claudia Corona estrenará una pieza llamada Tarantella y una versión de la Serenata romántica; Herrera Arizmendi lo hará con la Mazurca 28; Fernando Saint Martin, una polka; Argentina Durán, el Studio 2, Estío, que según el músico es una de las más importantes y estaba perdida.
Emoción y nerviosismo
Hanneman, también en la entrevista, confesó su sorpresa por la invitación que hizo Herrera Arizmendi a su madre, Claudia Vera, quien se ha encargado también del diseño editorial y publicitario de este proyecto.
“Juro que no le creía nada a mi mamá. Pero, luego ya me la creí. Yo toco a Ponce desde chiquita. En el Conservatorio, solo tocaba tres piezas: la Gavota, el Scherzino mexicano y Estrellita. Me encanta Ponce. Siempre ha sido uno de mis compositores favoritos y siempre lo va a ser”, comenta la pianista.
Confiesa su sorpresa sobre la existencia aún de piezas inéditas del compositor, dos de las cuales ella estrenará.
“No sabía, me quedé como en shock, pero luego procesé todo. Las dos danzas que estrenaré son cortitas, sencillas y bonitas. Tienen lo suyo, pero no están tan complicadas, pensé que estarían más difíciles e intento que se me faciliten”, agrega Hanneman.
Emocionada de compartir la serie de conciertos con pianistas que conoce y admira, admite que está muy nerviosa pero también muy contenta de participar en Ponce 243. Obra completa para piano.
Agrega que, entre los compositores mexicanos, hasta ahora sólo ha tocado al piano a Manuel M. Ponce. “A mí me pusieron a Ponce desde chiquita. Y siempre que salía del país a tocar, intentaba llevarme las piezas de Ponce para que la gente lo escuchara y lo conociera. Me encanta toda (su obra). Mi sueño, desde siempre, es tocar la Balada mexicana, pero no lo puedo hacer ahorita, está muy difícil”, reconoce.
Titán de la música
“En la época de Ponce (1882-1948) sí hubo editoriales (en México), pero desaparecieron o publicaban sus partituras en Europa y ya no volvían a editarlas. Él habla de esto en sus cartas. Él no fue muy astuto en esta cuestión de publicar”, comenta Herrera Arizmendi, especialista en la obra del compositor nacido en Zacatecas.
“Ponce no tuvo un Andrés Segovia para el piano, ese fue el problema; Arthur Rubinstein pudo haberlo hecho, pero no lo hizo. Y Segovia, aparte de tocar su obra para guitarra, ayudó a Ponce a publicar, fue por esas publicaciones que se conoce su música para guitarra y se puede conseguir. La de piano, no”, añade el músico que se tomó muy personal el rescate de toda la obra para piano de su pariente.
A lo largo de 10 años de investigaciones y un lustro con el proyecto, Herrera Arizmendi comenta en entrevista que el principal objetivo de estos conciertos y de la fundación es la reivindicación de Ponce.
“Descubrí que Manuel M. Ponce es un titán del continente y de la música universal. Ha sido injusto que no se le reconozcan sus contribuciones para piano. Tiene que reconocérsele como el compositor para piano más importante del continente”, afirma el pianista, musicólogo y director de la fundación texana.
“Ponce es un compositor moderno, no ecléctico como se le ha tachado”, sostiene Herrera Arizmendi. El pianista cuenta como aventura haber encontrado 20 de las 60 cartas de Ponce que ha rescatado, pues las halló en Tijuana, en el banco de un piano que perteneció a José Braulio Ponce, músico también y hermano de Manuel, en las que le contaba anécdotas como cuando escuchó al pianista Ricardo Castro.
Después, se llevará el proyecto a Houston, donde la fundación lleva su quinta temporada de conciertos.
“Me di cuenta de que alguien tenía que hacer algo para que se sepa que en México tenemos mucha música aparte del mariachi y las cumbias, que es lo que creen que sólo tenemos. Comenzamos con Ponce, una serie anual de conciertos. Pero, me di cuenta de que cuando trataba de que la orquesta tocara música latina, siempre querían que fuera en septiembre, el mes hispano, y me sorprendió. Les dije que era ridículo, tan ridículo como si a Beethoven sólo se le tocara en marzo”, cuenta Herrera Arizmendi.
El ciclo incluye un conversatorio en el Cenart el 17 de agosto a cargo de especialistas y pianistas como Herrera Arizmendi, Claudia Corona, Héctor Rojas, Rodrigo Acevedo Traba y Dmitri Dudin, además de la exposición Cartas de juventud en la Biblioteca de las Artes del conjunto cultural con archivos de la Ponce Project Music Foundation, fotos, manuscritos, cartas, partituras, que estará abierta hasta el 22 de septiembre.
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